El Gobierno dominicano enfrenta una carga presupuestaria significativa para mantener sus 393 demarcaciones municipales distribuidas en 48,448 kilómetros cuadrados. En contraste, varios países han optado por reducir sus divisiones administrativas para mejorar la eficiencia de los servicios a la población y reducir los costos estatales. Un ejemplo es Grecia, que en 2011 redujo drásticamente el número de municipios de 1,064 a 325, organizados en 13 regiones administrativas mediante el Plan Kallikratis. Esta medida buscaba modernizar el sistema administrativo, reducir gastos y mejorar la gestión territorial.
En 2020, Ucrania llevó a cabo una reforma administrativa profunda que redujo sus niveles inferiores de estructuras, disminuyendo la cantidad de distritos de 490 a 136. Esta medida formó parte de un proceso de descentralización para fortalecer las comunidades locales y mejorar la eficiencia del gobierno. En Francia, en 2014, el presidente François Hollande reestructuró las regiones metropolitanas de 22 a 13 como parte de una estrategia para optimizar recursos y mejorar la gestión territorial. Estas reformas en Europa han buscado impulsar la eficiencia administrativa y disminuir la carga económica que representa la fragmentación territorial excesiva.
En República Dominicana, el Gobierno Central tuvo que transferir 21,915.25 millones de pesos a las entidades municipales el año pasado, incluyendo 158 municipios y 235 distritos. Un ejemplo más reciente en Latinoamérica fue la reducción del 83% de municipios en El Salvador, que pasaron de 262 a 44, divididos en 14 departamentos a partir del 1 de mayo de este año. Otros ejemplos de reducción de territorios incluyen Alemania, que pasó de 20,000 municipios a 8,000 entre los años 60 y 70, y Dinamarca, que reformó su territorio de 2,400 municipios en 1950 a 98 en 2007.
Estas reformas administrativas tienen como objetivo principal mejorar la eficiencia de la gestión territorial y reducir los costos estatales asociados a mantener una excesiva cantidad de demarcaciones municipales. La consolidación de municipios ha permitido un uso más racional de los recursos públicos y una mejor administración de los territorios, fortaleciendo así la descentralización y empoderando a las comunidades locales. Los gobiernos han reconocido la importancia de optimizar recursos y eliminar gastos innecesarios para garantizar un Estado eficiente y sostenible en el largo plazo.
En un contexto donde la fragmentación territorial puede representar una carga asfixiante para los Estados, las reformas que buscan reducir la cantidad de municipios y distritos han demostrado ser una estrategia eficaz para mejorar la gestión administrativa y territorial. La experiencia de países como Grecia, Ucrania, Francia, El Salvador, Alemania y Dinamarca sirve como ejemplo de la importancia de adaptar las estructuras administrativas a las necesidades actuales y optimizar los recursos estatales para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo para la población. La reducción de demarcaciones municipales se presenta como una manera eficaz de promover la eficiencia gubernamental y la gestión territorial en el contexto de un mundo globalizado y en constante cambio.