El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, acusó a la comunidad internacional de actuar deliberadamente ante la crisis haitiana con el objetivo de que el conflicto se extienda a República Dominicana. Ha señalado la intención de involucrar al país en la solución del problema haitiano de manera activa, lo que ha provocado una total indiferencia de las grandes potencias frente a la grave crisis humanitaria en Haití. La entrada masiva de ilegales haitianos a República Dominicana huyendo de la violencia de las pandillas ha generado grandes preocupaciones en términos de seguridad y ha representado una carga económica importante para el país.

Gómez Ramírez también expresó su preocupación por el empeoramiento de la crisis haitiana y cómo esto podría poner en peligro la paz social en República Dominicana. Criticó a organismos internacionales como la ONU y la OEA por no tomar medidas concretas para ayudar al pueblo haitiano en su difícil situación. La falta de acción para abordar la crisis institucional, la insalubridad, la inseguridad y las limitaciones alimentarias en Haití ha generado una mayor gravedad en la situación que podría tener implicaciones en la estabilidad regional.

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, solicitó urgentemente la intervención de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití para hacer frente a la crisis de inseguridad generada por la violencia de bandas en el país. Esta solicitud resalta la necesidad de acciones concretas para proteger los derechos humanos, apoyar a la policía nacional y garantizar la seguridad de la población haitiana. En medio de la preocupante situación en Haití, es crucial que la comunidad internacional tome medidas efectivas para evitar una escalada de la crisis y prevenir su propagación a países vecinos.

La falta de respuesta concreta por parte de la comunidad internacional y la ausencia de acciones colectivas para abordar la crisis en Haití han generado una mayor inestabilidad en la región. La promesa de apoyo militar de algunos países, como Kenia, no se ha materializado, lo que refleja un vacío en términos de compromisos reales para ayudar a contener la situación en Haití. Mientras tanto, República Dominicana ha tenido que hacer grandes esfuerzos para proteger sus fronteras y mantener políticas de repatriación de ilegales, lo que representa una carga adicional para el país.

Gómez Ramírez enfatizó la necesidad de continuar adoptando medidas para prevenir la entrada ilegal de personas al país y hacer cumplir las leyes laborales para garantizar un control migratorio efectivo. Consideró que República Dominicana debe exigir a la comunidad internacional que cumpla con su responsabilidad de asistir al pueblo haitiano en su hora de necesidad, al tiempo que se mantenga firme en el ejercicio de su soberanía y la aplicación de su legislación migratoria. Es fundamental que se tomen medidas concretas para abordar la compleja crisis en Haití y evitar que impacte negativamente en la región.

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