En la última década, la experta en oncología Ana Botero destaca los avances significativos en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama, abarcando desde estadios tempranos hasta avanzados y metastásicos. Se resalta la importancia de la detección temprana y la prevención, ya que la falta de acceso o la cultura de consulta tardía en ciertas regiones lleva a que los casos se presenten en estadios más avanzados.
Según Botero, el tratamiento del cáncer de mama ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Tradicionalmente, las modalidades de tratamiento incluían cirugía, radioterapia, y terapia sistémica como la quimioterapia. Actualmente, se han incorporado medicamentos como la inmunoterapia y la terapia dirigida, que han mejorado la efectividad y reducido los efectos secundarios de los tratamientos.
En el campo de la cirugía, se han desarrollado técnicas menos agresivas que preservan más la mama y reducen el trauma para el paciente. Además, la quimioterapia ha pasado de ser agresiva con efectos secundarios a terapias más efectivas y con menos efectos adversos. En cuanto a la radioterapia, los avances tecnológicos permiten tratamientos más precisos y menos dañinos para la piel y los órganos cercanos, reduciendo el tiempo de tratamiento significativamente.
Uno de los grandes avances en radioterapia es la introducción de tratamientos con protones, que minimizan los efectos secundarios y protegen mejor a los pacientes. Esta tecnología es especialmente beneficiosa para pacientes jóvenes o aquellos que ya han sufrido daños en órganos vitales. Botero destaca que la radiología diagnóstica también ha mejorado significativamente, con mamografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas y escaneos de hueso de alta calidad.
En cuanto a la detección temprana, los pacientes con estadios muy tempranos del cáncer de mama ya no necesitan tratamientos prolongados, sino que se puede tratar la cavidad donde se extrajo el tumor en tan solo un día y medio o hasta cinco días con catéteres pequeños. Para estadios más avanzados, el tiempo de tratamiento se ha reducido a 15 días, e incluso a cinco días en algunos casos, aumentando las tasas de curación y minimizando los efectos secundarios.
En general, los avances en quimioterapia, cirugía y tecnología de radiación han llevado a una mayor curabilidad para los pacientes con cáncer de mama, con tasas de curación superiores al 95% para estadios tempranos y por encima del 80-85% para estadios más avanzados. La nueva tecnología también permite tratar las metástasis de manera más efectiva, lo que ha hecho cuestionar la posibilidad de curar estadios avanzados. En general, el pronóstico para los pacientes con cáncer de mama es excelente, según resalta Botero.