Los aeropuertos internacionales John F. Kennedy y Newark Liberty cerraron debido a un terremoto de magnitud 4,8 en el noreste de Estados Unidos. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, anunció el cierre y se mantiene la alerta por posibles réplicas. La FAA indicó que el sismo podría afectar instalaciones de tráfico aéreo en Nueva York, Nueva Jersey, Filadelfia y Baltimore, aunque los trenes Amtrak y MTA siguen funcionando con normalidad.

Representantes de Amtrak informaron que las velocidades de los trenes en el noreste estaban restringidas mientras se inspeccionaban las vías en busca de daños por el terremoto. El Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York no ha reportado incidentes graves tras el sismo y continúan monitoreando la ciudad. El USGS señaló que el epicentro del terremoto fue en Lebanon, Nueva Jersey, a unos 75 kilómetros al oeste de la ciudad de Nueva York, con temblores que se sintieron desde Filadelfia hasta Boston.

El terremoto provocó temblores en edificios en Manhattan y en los cinco distritos de la ciudad de Nueva York. Residentes asustados salieron a las calles en busca de seguridad y compartieron sus experiencias en redes sociales. A pesar de esto, no se reportaron daños importantes en la zona. La situación se mantuvo en alerta por posibles réplicas del sismo, como la que se dio en Bedminster, Nueva Jersey, con una magnitud de 2,0. La red de trenes Amtrak y MTA continuaron sus operaciones sin interrupciones.

La Administración Federal de Aviación advirtió sobre posibles alteraciones en instalaciones de tráfico aéreo en varias ciudades cercanas al epicentro del terremoto, pero no se han reportado problemas graves hasta el momento. Los equipos de inspección de vías de tren estaban trabajando para garantizar la seguridad de los servicios de transporte ferroviario en la región. A pesar de que el terremoto causó alarma en la población, las autoridades se mantuvieron alerta y proporcionaron actualizaciones sobre la situación.

En conclusión, el terremoto de magnitud 4,8 en el noreste de Estados Unidos provocó el cierre temporal de aeropuertos internacionales y la restricción de velocidades en trenes en la región. Aunque no se han reportado daños graves, la población se mantuvo alerta ante la posibilidad de réplicas del sismo. Las autoridades continuaron monitoreando la situación y garantizando la seguridad en medio de la emergencia.

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