Los líderes mundiales adoptaron el Pacto para el Futuro en Naciones Unidas, un documento no vinculante que abre la puerta a reformas en el Consejo de Seguridad y en la arquitectura financiera de la institución, así como a nuevas regulaciones para los avances tecnológicos. Este pacto, fruto de 18 meses de negociaciones entre los Estados miembros, busca sentar las bases de un orden mundial sostenible y pacífico, según el secretario general de la ONU, António Guterres. Sin embargo, la delegación de Rusia intentó enmendar el texto a última hora, provocando controversia.

Rusia y otros países occidentales expresaron su descontento con el Pacto del Futuro, acusando a las enmiendas propuestas de favorecer únicamente a las naciones occidentales. Esta controversia llevó al Grupo África a presentar una moción para no considerar la enmienda rusa, la cual fue respaldada por 143 países. A pesar de la polémica generada por esta situación, el Pacto del Futuro fue finalmente adoptado, acompañado por un Pacto Digital Global y una Declaración para las Generaciones Futuras.

El Pacto del Futuro busca garantizar que las instituciones internacionales puedan cumplir sus funciones en un mundo que ha cambiado drásticamente desde la Segunda Guerra Mundial, y también pretende allanar el camino para la reforma del Consejo de Seguridad. La mayoría de líderes mundiales expresaron su satisfacción con el texto, destacando la importancia de la cooperación y la inclusión en un momento de crisis global. Brasil, Japón y Alemania fueron algunos de los países que elogiaron el Pacto del Futuro y señalaron su compromiso con el Estado de derecho y los principios de la carta de las Naciones Unidas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo hincapié en la importancia de rescatar el multilateralismo en un mundo marcado por conflictos y desafíos globales. El Pacto del Futuro se presenta como una brújula hacia un futuro basado en la cooperación y el respeto mutuo, con el objetivo de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y enfrentar desafíos como el cambio climático, la seguridad y los derechos humanos. El proceso para la creación de este pacto contó con la participación de miles de personas en todo el mundo, desde líderes políticos hasta representantes de la sociedad civil y expertos de la ONU.

En medio de la adopción del Pacto del Futuro, se destaca la importancia de fortalecer el multilateralismo y las instituciones internacionales para abordar los problemas globales de manera conjunta. A pesar de las diferencias y controversias surgidas durante las negociaciones, el compromiso con la cooperación y la igualdad soberana de los estados se mantiene como un objetivo fundamental en la construcción de un orden mundial sostenible y pacífico para todos. La adopción de este pacto representa un paso significativo hacia un futuro en el que la inclusión, la justicia y la cooperación internacional son pilares clave para abordar los desafíos del siglo XXI.

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