La Iglesia Católica en República Dominicana ha criticado los beneficios económicos que reciben los legisladores a través del barrilito, el cofrecito y las exoneraciones de vehículos, calificándolos como "privilegios irritantes" que retrasan el desarrollo del país. En un editorial publicado en el semanario nacional católico Camino, la Iglesia señala que mientras los legisladores disfrutan de estos privilegios, la población dominicana sufre carencias de bienes esenciales. Se cuestiona cómo es posible que los legisladores utilicen estos recursos para promoverse a sí mismos en lugar de cumplir con su misión de legislar en beneficio del país.
La Iglesia exhorta a los legisladores a despojarse de estos privilegios si realmente aman a su país y a comenzar a establecer una nueva forma de hacer política, poniendo el bien común por encima de sus intereses personales. Se menciona la declaración del cardenal Francois Xavier Van Thuan sobre el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés, destacando la importancia de una política que favorezca a todos los ciudadanos y no únicamente a unos pocos con privilegios inapropiados.
En el editorial se destaca la necesidad de una mejor política que sirva al verdadero bien común y no solo a intereses particulares. Se enfatiza que aquellos que tienen la responsabilidad de servir al país deben proteger a todos sus habitantes y crear condiciones dignas y justas para su futuro. Se critica fuertemente la acumulación de riquezas basada en privilegios indebidos o corrupción administrativa por parte de los legisladores, señalando que la nación no podrá avanzar si persisten estas prácticas contrarias a la constitución.
La Iglesia Católica dominicana insta a los legisladores a reflexionar sobre sus acciones y a actuar en beneficio del pueblo, cumpliendo con su misión legislativa de manera ética y transparente. Se reconoce la importancia de la política como herramienta para el bienestar de la sociedad y se reitera la necesidad de un compromiso real con el desarrollo del país. Se destaca la incompatibilidad entre el uso de privilegios injustificados por parte de los legisladores y el avance verdadero de la nación, señalando que es imperativo adoptar una nueva forma de ejercer la política para el beneficio de todos.
En resumen, la Iglesia Católica en República Dominicana ha hecho un llamado a los legisladores para que renuncien a los privilegios económicos que reciben y se comprometan a trabajar por el bien común de la nación. Se destaca la importancia de una política ética y transparente que ponga las necesidades de la población por encima de intereses personales, promoviendo así un desarrollo sostenible y equitativo para todos los ciudadanos. La crítica de la Iglesia resalta la urgencia de un cambio en la forma de hacer política en el país, enfatizando la necesidad de una verdadera dedicación al servicio público y al progreso de la sociedad en su conjunto.