En Puerto Príncipe, se han producido violentos enfrentamientos entre la Policía Nacional de Haití y grupos armados pertenecientes a la coalición ‘Vivre Ensemble’ liderada por Jimmy Cherizier, alias Barbecue. Estos enfrentamientos tuvieron lugar en el parque Champs de Mars, cerca del Palacio Nacional y el Hospital Universitario Estatal, que ha sido tomado como rehén por bandas armadas. A pesar de varios días de calma tensa, la violencia estalló en la capital.

En otros lugares de la capital como Pétion-ville, Delmas y el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, no se observaron enfrentamientos ni actos violentos. Sin embargo, la población teme salir a las calles debido a la inseguridad provocada por las bandas armadas. En Carrefour, al sur de la capital, los bancos comerciales han cerrado sus puertas debido a la situación de violencia en la región.

La instalación del Consejo Presidencial de Transición sigue pendiente en Haití, a pesar de la firma del “Acuerdo Político para una Transición Pacífica y Ordenada” por parte de todos los actores políticos involucrados. Según este acuerdo, el mandato del Consejo Presidencial concluirá en febrero de 2026, dando paso a la investidura de un nuevo presidente elegido en elecciones libres y democráticas. Las actividades escolares y universitarias están paralizadas desde hace un mes en la región metropolitana de la capital.

Durante un breve período de tiempo el domingo, Puerto Príncipe experimentó una tregua en los enfrentamientos entre las bandas armadas y la Policía Nacional. Esto permitió a la población realizar algunas actividades cotidianas en medio del estado de emergencia decretado para el departamento Oeste. La gente aprovechó la relativa tranquilidad para abastecerse de productos básicos, asistir a locales religiosos y buscar refugio de la violencia en las calles.

La situación de inseguridad en Haití ha afectado la economía del país, con comercios cerrados y actividades paralizadas debido a la violencia. La población se ve obligada a enfrentar la difícil realidad de vivir en una ciudad dominada por bandas armadas, lo que dificulta la vida diaria y genera temor entre la población. A pesar de los esfuerzos por lograr una transición política pacífica, la situación en Haití sigue siendo volátil y peligrosa para sus habitantes.

La incertidumbre política y la inseguridad en Haití han llevado a una parálisis en la vida diaria de la población, con consecuencias negativas en todos los aspectos de la sociedad. La falta de estabilidad y la presencia de bandas armadas han generado un clima de miedo y caos en la capital y otras ciudades del país. La espera por una transición política ordenada y la celebración de elecciones libres y democráticas se convierten en la esperanza de un futuro mejor para Haití y su gente.

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