La ola de violencia en Haití está teniendo un gran impacto en la economía del país, a pesar de las señales de mejora que se habían visto a principios de 2024. Las reservas internacionales habían mejorado ligeramente, las recaudaciones aduaneras habían aumentado y la inflación había disminuido en comparación con el año anterior. Sin embargo, la violencia ha revertido estas mejoras y los expertos advierten que los desafíos económicos están aumentando.

Haití enfrenta dificultades para atraer inversiones y generar confianza debido a ser el país más pobre de América. El aumento del precio del dólar, el uso de esta divisa como referencia en la economía y el bajo poder adquisitivo de la población son algunos de los problemas económicos que enfrenta el país. Las remesas de la diáspora haitiana y la exportación de productos textiles son importantes fuentes de ingresos para el PIB.

La deuda histórica de Haití, incluyendo la "deuda de la independencia" y la ocupación estadounidense en 1915, también ha afectado la economía del país. La violencia, la migración y la inseguridad han contribuido a empeorar la situación económica. Más del 80% de Puerto Príncipe está dominado por bandas armadas y se estima que más de 600,000 armas circulan por el país. La violencia y la inseguridad han paralizado la actividad económica en la capital.

La crisis económica en Haití se agrava con la parálisis de la actividad debido a la inseguridad. Grandes empresas importadoras han sido saqueadas, lo que también afecta a los exportadores, principalmente de República Dominicana. Los principales puertos y aeropuertos han sido controlados por las bandas armadas, lo que dificulta la importación de productos. El departamento de Artibonite, importante en la producción agrícola, está bloqueado, y el parque industrial Sonapi permanece cerrado por la inseguridad.

Los sectores ilegales, como las pandillas, el secuestro, la extorsión y la importación ilegal de armas, parecen ser los únicos que crecen significativamente en medio de la crisis económica y la escalada de violencia en Haití. Los desplazamientos internos de población y el flujo migratorio también impactan en la economía del país. La falta de paz, estabilidad política y seguridad agrava la situación económica de Haití, que históricamente ha tenido poca industrialización y una producción agrícola por debajo de su potencial.

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