La vicepresidenta de Ecuador y embajadora en Israel, Verónica Abad, acusó al presidente Daniel Noboa y a su Gobierno de cometer presunta violencia política contra ella. Abad aseguró sentirse amenazada y temer por su vida, declarándose víctima de abuso de poder y hostigamiento para forzarla a dimitir y evitar que el mandatario tenga que delegar temporalmente la Presidencia en caso de que decida presentarse a la reelección. Abad manifestó que ha sido perseguida, sus colaboradores han tenido que cambiar de domicilio y recibir mensajes persecutorios, además de ataques cibernéticos en sus redes personales e institucionales.

El distanciamiento entre Noboa y Abad comenzó durante la campaña de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2023, y se agravó después de la investidura, cuando Noboa la envió como embajadora a Israel. Abad señaló que ha sido víctima de violencia política por parte del Gobierno, lo que ha sido evidente para la opinión pública y diversos sectores de la sociedad. La vicepresidenta denunció el abuso de poder y el uso de la estructura pública para atacarla, utilizando tácticas como el engaño, la calumnia y las difamaciones para ocultar la incapacidad del Gobierno.

Abad se ha mostrado firme en resistir ante las presiones del Gobierno y ha declarado que no cederá ante los constantes atropellos. A pesar de sentirse amenazada y temer por su vida, la vicepresidenta afirmó que respetará el equilibrio y el orden constitucional, resistiéndose a ser desterrada, secuestrada o censurada. Entre las presiones sufridas, mencionó la retirada de su seguridad personal y la detención de su hijo Sebastián Barreiro por una denuncia de corrupción en las oficinas de la Vicepresidencia, de la cual salió después de pagar una fianza.

La Fiscalía intentó incluir a Abad en la investigación por la denuncia contra su hijo, pero el Parlamento no aprobó el levantamiento de su inmunidad para ser investigada. La vicepresidenta también fue denunciada ante el Tribunal Contencioso Electoral por una presunta infracción al hacer campaña electoral antes del plazo establecido. Abad ha respondido a las declaraciones de miembros del Gobierno que la acusan, como el viceministro de Gobierno Esteban Torres, e incluso al presidente Noboa, quien insinuó que ella sola se irá, a lo que Abad reafirmó su compromiso de seguir trabajando por su país.

Abad rechazó las acusaciones de haber recibido dinero de empresarios para la campaña electoral en nombre de Noboa, calificándolas como parte de un linchamiento brutal y mediático por parte del presidente y su gabinete. La vicepresidenta se mantiene firme en su posición y se pregunta qué medidas tomará el presidente para evitar el orden constitucional, refiriéndose a la posibilidad de que no quiera delegar temporalmente la Presidencia en caso de presentarse a la reelección. Abad ha denunciado públicamente las presiones y hostigamiento sufridos por parte del Gobierno, y ha manifestado su determinación de resistir a pesar de los constantes ataques.

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