Bajo Chiquito, ubicado en Panamá, es un punto crítico para cientos de migrantes que atraviesan la selva del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá. En este lugar, la falta de agua, alimento y las posibles lesiones pueden significar la muerte para los migrantes que intentan cruzar la selva. A pesar de los desafíos, algunos logran sobrevivir gracias a la solidaridad de otros viajeros anónimos que les brindan ayuda y apoyo en momentos difíciles.
En una orilla del río Tuquesa, cerca de Bajo Chiquito, se encuentra Elsy, una migrante venezolana que sufrió una caída en la selva. A pesar de haber quedado sola, fue rescatada por un grupo de compatriotas que le administraron sueros, la alimentaron y la llevaron en una camilla. El hijo de Elsy, un niño de diez años, les rogó a los rescatistas que trajeran a su madre de vuelta, lo que motivó a uno de los jóvenes a llevar a cabo el rescate con éxito.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones ha documentado al menos 170 muertes de migrantes que intentaban cruzar el Darién en lo que va de año. La mayoría de estas muertes son por ahogamiento, actos violentos y accidentes. A pesar de que el número de migrantes que cruzan el Darién ha disminuido, el peligro y los riesgos para quienes lo intentan siguen siendo altos.
Después de un arduo viaje por la selva, los migrantes son transportados en canoa hasta el centro de recepción migratoria de Lajas Blancas, donde reciben atención médica y apoyo antes de continuar su ruta hacia Norteamérica. En el centro, hay testimonios de sobrevivientes que relatan las dificultades enfrentadas en la selva, como deshidratación, quemaduras y lesiones graves, así como la pérdida de familiares y compañeros de viaje.
Algunos migrantes, como la colombiana Carolina Castillo, han tenido que esperar meses en el centro de recepción migratoria debido a lesiones sufridas durante el cruce de la selva. Otros relatan historias de madres solteras con sus hijos que han sido abandonadas en el camino por avanzar lentamente, así como de personas heridas y fallecidas en el trayecto. A pesar de los desafíos, muchos migrantes han logrado sobrevivir gracias a la solidaridad y ayuda mutua en momentos críticos.