La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) están postergando sus decisiones sobre posibles reducciones de tasas de interés hasta septiembre, lo que genera un período de incertidumbre en un momento de tensión en los mercados tras la publicación de datos macroeconómicos negativos. Los inversores temen que la economía, especialmente la estadounidense, empeore más de lo previsto y que los recortes de tasas deban ser más agresivos, lo que afectaría especialmente a los bancos. En contraste, el Banco de Japón subió las tasas esta semana y el Banco de Inglaterra llevó a cabo su primera reducción en más de cuatro años. La reacción de los mercados en las últimas semanas muestra un cambio en la perspectiva sobre la economía, ya que antes un dato macroeconómico negativo solía traducirse en alzas en el mercado bursátil, debido a la expectativa de recortes de tasas cercanos.
Sin embargo, ahora los datos macroeconómicos negativos están impactando en los mercados. La semana pasada, los decepcionantes resultados de Tesla y Alphabet pusieron nerviosos a los inversores, una situación que solo se corrigió parcialmente tras la publicación de datos positivos sobre el PIB e inflación en EE.UU. La publicación de datos decepcionantes sobre la actividad manufacturera y el empleo en EE.UU. esta semana ahondó en este cambio de perspectiva. La debilidad de la macroeconomía en Europa y EE.UU. se hace evidente, lo que ha llevado a los inversores a pensar que la Fed podría haber demorado demasiado en recortar las tasas y que la economía podría estar enfrentando un aterrizaje forzoso en lugar de uno suave. La atención de la Reserva Federal se ha desplazado del enfoque en la inflación hacia el mercado laboral, lo que ha generado preocupaciones adicionales en los mercados.
La mayoría de los analistas mantienen sus previsiones sobre la política monetaria de la Reserva Federal, anticipando recortes de tasas en septiembre y diciembre de este año. Aunque hay cierta incertidumbre en cuanto a la cantidad de recortes que se realizarán. En Europa, la persistencia de la inflación dificulta las reducciones de tasas, ya que la tasa de inflación en la zona del euro ha aumentado, lo que complica el escenario para el BCE. A pesar de esto, se espera que el BCE reduzca las tasas en septiembre debido a la desaceleración del crecimiento económico.
En resumen, las decisiones sobre las tasas de interés por parte de la Fed y el BCE se han postergado hasta septiembre, lo que ha generado incertidumbre en los mercados financieros. Los inversores están preocupados por el empeoramiento de la economía, especialmente en EE.UU., lo que podría requerir recortes de tasas más agresivos. La debilidad de la macroeconomía en Europa y Estados Unidos ha cambiado la percepción de los inversores, que ahora ven con mayor preocupación los datos económicos negativos. A pesar de esto, la mayoría de los analistas mantienen sus previsiones de recortes de tasas por parte de la Fed y el BCE, aunque con cierta incertidumbre sobre la cantidad de recortes que se realizarán. En Europa, la persistencia de la inflación complica el panorama para el BCE, aunque se espera que se realicen recortes en septiembre debido a la desaceleración del crecimiento económico.