La República Dominicana busca establecer vínculos de cooperación con países de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, especialmente con Haití, en áreas como el desarrollo sostenible, la transferencia de conocimientos y el fortalecimiento ante la comunidad internacional. Esto se refleja en una hoja de ruta publicada por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo para el proyecto "República Dominicana también coopera". Se busca una cooperación técnica a través de la transferencia de capacidades y conocimientos mediante intercambios de expertos, capacitaciones, asesoramiento técnico y pasantías, entre otros. Todo esto con el objetivo de enfrentar desafíos como el cambio climático, la educación competente y la producción agrícola sostenible.

A pesar de las brechas de desarrollo a nivel nacional y los efectos continuos de la pandemia de COVID-19, la República Dominicana se destaca como una de las economías más dinámicas y estables de Centroamérica y el Caribe. Sin embargo, las relaciones con otros países permiten asumir un mayor liderazgo ante la comunidad internacional. Ampliar el papel de oferentes permite fortalecer capacidades, generar conocimiento, fomentar la integración regional, aprovechar recursos como país pivote y tener una mayor influencia en las necesidades de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID).

El proyecto de cooperación entre países se basa en capacidades, buenas prácticas institucionales demostradas y resultados exitosos. Se busca compartir aprendizajes de procesos que han tenido éxito, así como establecer estrategias contra el cambio climático, promover una educación competitiva y una producción agrícola sostenible, y fomentar la transparencia y rendición de cuentas para planificar un desarrollo nacional sólido. La República Dominicana ofrece su experiencia en estos ámbitos, sustentada en la Constitución, la Estrategia Nacional de Desarrollo y la Política de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

El proyecto se divide en siete etapas, desde la identificación de las experiencias más sólidas e innovadoras hasta la ejecución de la transferencia de capacidades a otros países, seguido por el seguimiento y evaluación de lo acordado. Para la selección de buenas prácticas, se requiere que sean replicables, demuestren beneficios y sostenibilidad, contribuyan a los objetivos de desarrollo, incorporen metodologías novedosas para promover la inclusión y garanticen la capacidad para compartir y desarrollar la experiencia.

La República Dominicana busca financiación para este proyecto a través de cinco métodos diferentes, incluyendo la asignación de una partida presupuestal adicional exclusiva para los intercambios seleccionados y un presupuesto complementario en el que la sectorial complementaría los recursos del Mepyd. Todo esto con el objetivo de fortalecer las capacidades, la cooperación y el liderazgo frente a la comunidad internacional, contribuyendo al desarrollo sostenible y la prosperidad de la región.

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