La Policía Nacional informó que dos hombres son buscados por presuntamente haber disparado en la cabeza a una adolescente de 15 años en una cabaña en la provincia de Azua. La víctima, Nashli Sánchez Paulino, falleció a causa de una herida de perdigón. Según la Policía, uno de los hombres le disparó a la adolescente, quienes huyeron del lugar en una jeepeta blanca marca Honda CR-V. Se cree que el disparo fue ocasionado por un arma de fabricación artesanal chilena, la cual fue encontrada en la escena del crimen junto con un cartucho disparado.

El reporte preliminar indica que el motivo del disparo fue el supuesto enojo de uno de los sospechosos al no obtener una relación íntima con la víctima, según el testimonio de una testigo adolescente. La Policía exhorta a los prófugos a entregarse y colaborar con las investigaciones realizadas en coordinación con el Ministerio Público. Se espera que la justicia determine la culpabilidad de los sospechosos en este crimen que ha conmocionado a la comunidad y generado repudio contra la violencia contra la mujer.

Este trágico incidente ha levantado la indignación y preocupación de la sociedad dominicana, que clama por justicia y por medidas efectivas para evitar la violencia de género y proteger a las mujeres y adolescentes. Organizaciones de derechos humanos y de género han condenado este acto brutal y han pedido acciones concretas por parte de las autoridades para prevenir futuros casos de violencia contra las mujeres. La muerte de Nashli Sánchez Paulino se suma a la larga lista de femicidios y feminicidios que ocurren en República Dominicana, generando un debate sobre la necesidad de fortalecer las leyes y políticas de protección a las mujeres.

La justicia y la sociedad dominicana deben unirse para enfrentar esta grave problemática y tomar medidas concretas para proteger a las mujeres y adolescentes de la violencia de género. Es fundamental que se investigue a fondo este caso y se asegure que los responsables sean llevados ante la justicia y reciban la debida condena por su acto criminal. La violencia contra las mujeres no puede ser tolerada en ninguna sociedad y es responsabilidad de todos trabajar juntos para erradicarla y garantizar un entorno seguro para todas las personas.

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