El Partido Popular en España criticó la firma bajo coacción del líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia en la residencia del embajador español en Caracas, calificando la situación de vergonzosa y acusando al Gobierno de Pedro Sánchez de complicidad en un supuesto "trapicheo criminal" con el régimen de Nicolás Maduro. González Urrutia afirmó que firmó un documento presentado por representantes del gobierno de Maduro bajo amenazas, lo cual invalidaría dicho texto según su opinión. El vicesecretario general del PP, Esteban González Pons, expresó su preocupación en redes sociales por la presunta coacción de la vicepresidenta Delcy Rodríguez sobre el opositor venezolano.

La portavoz del PP en el Senado, Alicia García, describió el episodio como un acto de sumisión al chavismo por parte del Gobierno español, acusándolo de estar aliado con el régimen venezolano. González Urrutia, exiliado en España desde septiembre, respondió a la presentación de una carta firmada por él en la que supuestamente acataba la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela de validar la reelección de Maduro. En un video en redes sociales, el opositor relató el momento en que firmó el documento bajo presión y chantajes por parte de Rodríguez y otros miembros del gobierno venezolano en la residencia del embajador español en Caracas.

El partido de oposición en España exigió la verdad sobre la situación y cuestionó las acciones del Gobierno de Sánchez en este supuesto caso de coacción y chantaje en la embajada en Caracas. González Urrutia busca asilo político en España y denunció la presión ejercida sobre él para firmar el documento que lo permitiría salir de Venezuela hacia el exilio. El PP consideró la situación como un acto de complicidad con el régimen de Maduro por parte del Gobierno español y pidió esclarecer lo ocurrido en la residencia del embajador, catalogando la situación como un acto vergonzoso e inhumano por parte de las autoridades venezolanas.

Las críticas hacia el Gobierno español se intensificaron con la revelación de la presunta coacción sufrida por González Urrutia en la residencia del embajador en Caracas, lo cual involucraría a la vicepresidenta Delcy Rodríguez en el chantaje al opositor venezolano. El líder del PP, Pablo Casado, se unió a las voces de la oposición que exigieron explicaciones sobre los hechos denunciados y consideró la situación como una muestra de la complicidad del Gobierno de Sánchez con el régimen de Maduro. La polémica provocó un aumento de la presión sobre el Ejecutivo español para esclarecer su actuación y posible vinculación con el gobierno venezolano en este asunto.

González Urrutia, en su intento por obtener asilo político en España, ha denunciado públicamente las presiones y amenazas que sufrió en la residencia del embajador en Caracas por parte de autoridades venezolanas, incluyendo el presidente de la Asamblea Nacional y la vicepresidenta del país. El líder opositor afirmó haber firmado un documento bajo coacción para obtener un salvoconducto que le permitiera salir de Venezuela. Esta situación ha generado un escándalo político que ha puesto al Gobierno de Sánchez en el ojo de la tormenta, con múltiples críticas por su presunta complicidad con el régimen de Maduro y su gestión de la situación en la embajada española en Caracas.

El debate en torno a la crisis política en Venezuela y su impacto en la relación entre España y el régimen de Maduro se ha intensificado a raíz de las denuncias de coacción y chantaje sufridas por González Urrutia en la residencia del embajador español en Caracas. El Partido Popular ha sido uno de los principales críticos del Gobierno de Sánchez en este asunto, acusando al Ejecutivo de estar involucrado en un "trapicheo criminal" con el gobierno venezolano. La situación ha generado tensiones diplomáticas entre ambos países y ha puesto a prueba la posición de España en la crisis política de Venezuela, con llamados a la transparencia y al esclarecimiento de los hechos ocurridos en la embajada.

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