El Secretario Ejecutivo de la ONU Cambio Climático, Simon Stiell, ha lanzado un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que prioricen la acción por el clima en sus agendas y enfrenten así los efectos de la crisis climática. Stiell advierte que si no se da este paso, todas las economías y 8.000 millones de personas se enfrentarán a los traumas causados por desastres climáticos de manera continua.

Stiell ha expresado su preocupación desde las ruinas dejadas por el huracán Beryl en Carriacou, isla caribeña dependiente del Estado de Granada. El huracán destruyó el 98% de los edificios de la zona, incluyendo la casa de la abuela de Stiell. Este tipo de fenómenos extremos se han vuelto demasiado familiares para cientos de millones de personas en todo el mundo, por lo que Stiell hace un llamado para que esta situación no se convierta en la nueva normalidad.

Los destrozos causados por el huracán Beryl son un ejemplo del creciente coste de la catástrofe climática descontrolada, al igual que otros desastres naturales como las olas de calor en la India o las tragedias causadas por inundaciones y sequías en diferentes partes del mundo. Stiell destaca que las tormentas son más potentes, las inundaciones son más repentinas, los incendios y sequías son más devastadores y costosos, lo que representa una grave amenaza para la seguridad nacional de todos los países.

Stiell hace referencia a un informe reciente que señala que la factura económica de la inacción climática aumentará hasta los 38 billones de dólares anuales de aquí a 2050, mientras que tomar medidas climáticas costaría menos de una sexta parte de esa cifra. Los países del G20 son responsables del 80% de la contaminación por gases de efecto invernadero y Stiell les insta a marcar el camino con nuevos planes de acción climática previstos para el próximo año.

El objetivo principal es disminuir a la mitad el uso de combustibles fósiles en este decenio para evitar que los costes climáticos actúen como una bola de demolición económica. Stiell destaca que la acción por el clima es una inversión, no un gasto, para incrementar la resiliencia y proteger a las comunidades, economías y cadenas de suministro. La ONU trabaja con determinación para acordar acciones más audaces y medidas clave sobre el terreno, como la extensión de los Sistemas de Alerta Temprana a toda la población del planeta.

En resumen, Stiell hace un llamado urgente a los gobiernos de todo el mundo para que actúen por el clima y eviten los graves impactos de la crisis climática. Es necesario tomar medidas concretas y audaces para proteger a la humanidad de las consecuencias devastadoras de desastres naturales cada vez más frecuentes e intensos. La acción por el clima es una inversión necesaria para garantizar la resiliencia de las comunidades y prevenir costes económicos y humanos cada vez mayores.

Compartir.
Exit mobile version