Los congresistas dominicanos cuentan con un fondo de ahorros de pensiones establecido mediante una ley promulgada en 1998. Este régimen se sostiene con contribuciones mensuales del sueldo de los legisladores y un aporte millonario que debe realizar el Congreso. La Ley 664-16 introdujo algunos cambios a la normativa del 1998, estableciendo que el Instituto de Previsión Social para el Congresista Dominicano (Inprescondo) se sostendrá, entre otros fondos, con el 10 % del presupuesto total de ambas cámaras legislativas.

Antes de que se modificara la ley de pensiones de los congresistas en 2016, la normativa del 1998 establecía que los fondos del Inprescondo estarían constituidos por los aportes de los socios, donaciones, intereses provenientes de préstamos a los legisladores y fondos provenientes de cualquier actividad económica que realice el instituto. Desde el 2017, el aporte del Congreso se suma a estos fondos. Aunque no se ha clarificado el monto destinado al Inprescondo en los presupuestos del Senado y la Cámara de Diputados para el 2023, el Poder Legislativo habría destinado alrededor de RD$881,871,983.6, equivalente al diez por ciento del presupuesto de ambas cámaras legislativas.

Los aportes al Inprescondo varían según los periodos en los que los congresistas ingresaron al Congreso. Aquellos que ingresaron a partir del 2016 aportan un 12 % de su sueldo, mientras que los que llevan más tiempo aportan un 6 %. En el cuatrienio legislativo que concluyó en julio, al menos 43 congresistas se retirarán del Congreso con pensiones que van desde los 60,000 hasta los 208,000 pesos. Las pensiones son otorgadas a los exlegisladores mayores de 60 años y varían dependiendo del tiempo durante el cual ocuparon una curul, que puede ir desde un periodo legislativo hasta más de cuatro.

Los fondos del Inprescondo se utilizan tanto para pensiones como para préstamos a los legisladores. Los congresistas dominicanos tienen la posibilidad de acceder a una pensión una vez cumplidos los requisitos establecidos por la ley. Es importante destacar que este sistema de pensiones para los congresistas ha sido objeto de críticas y debates en la sociedad dominicana, especialmente en cuanto a la transparencia en el uso de los fondos y la equidad en el acceso a las pensiones.

En conclusión, el sistema de pensiones para congresistas en la República Dominicana se basa en un fondo de ahorro establecido por ley en 1998, que se financia con aportes mensuales de los legisladores y un aporte millonario del Congreso. La ley ha experimentado modificaciones a lo largo de los años, incluyendo la participación del Congreso en el financiamiento del fondo. Los montos de las pensiones varían según los periodos en los que los congresistas ingresaron al Congreso y el tiempo que ocuparon una curul. Los fondos del Inprescondo se utilizan tanto para pensiones como para préstamos a los legisladores, y ha sido objeto de críticas en la sociedad dominicana.

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