El machete, símbolo arraigado de la cultura dominicana y herramienta tradicionalmente asociada con la agricultura y el trabajo en el campo, se ha convertido en un arma de violencia en República Dominicana. A pesar de su utilidad práctica en diversas actividades cotidianas, el machete se ha visto envuelto en una espiral de conflictos y actos delictivos que afectan la seguridad ciudadana. En los primeros cinco meses del año, se han registrado al menos 12 casos de violencia con machete, con tres muertos y nueve heridos, incluyendo un menor de edad y un intento de homicidio de un joven hacia su madre.

El año pasado se registraron alrededor de 20 casos de violencia con machete, con 12 muertos y nueve heridos, incluyendo dos niños fallecidos. Entre los incidentes más destacados se encuentra el caso de un hombre que cercenó la mano a otro en la provincia de San Pedro de Macorís, así como el intento de homicidio de un hombre hacia su madre en la provincia de Hato Mayor. Estos casos ilustran la gravedad del uso del machete como arma de violencia en la sociedad dominicana.

En otros incidentes, un hombre mató a otro de un machetazo en la cabeza en un cementerio de la provincia de Azua, un haitiano murió tras ser agredido por dos compatriotas que lo despojaron de dinero en la provincia de San Pedro de Macorís, y un hombre intentó matar a otro en venganza por haber agredido a su hija con un machete en Villa Altagracia. Estos casos reflejan la diversidad de situaciones violentas en las que se ha visto involucrado el machete en República Dominicana.

En algunos casos, los enfrentamientos con machete han estado relacionados con diferencias partidarias, como en una riña durante unas elecciones en la provincia de Barahona. También se han registrado casos de violencia doméstica, como el incidente en el que una mujer mató a su hijo de 8 años durante una discusión con su pareja. Estos eventos muestran la gravedad de la violencia con machete en diferentes contextos sociales y familiares en el país.

La violencia con machete también ha afectado a la comunidad haitiana en República Dominicana, con casos de agresiones mortales entre compatriotas, así como un incidente en el que una banda de haitianos mató a un dominicano en una finca en El Seibo. Estos casos resaltan la intersección de la violencia con machete con las tensiones entre distintos grupos étnicos y la vulnerabilidad de ciertas poblaciones en el país. En general, la proliferación y gravedad de los casos de violencia con machete en República Dominicana plantean desafíos importantes para la seguridad ciudadana y la convivencia pacífica en la sociedad.

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