Un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Mundial (BM) advierte que entre un 26 % y un 38 % de los empleos en Latinoamérica podrían verse afectados por la inteligencia artificial generativa, lo que equivale a hasta 87.8 millones de puestos de trabajo. Se estima que entre un 2 % y un 5 % de los empleos corren el riesgo de ser totalmente automatizados, pero al menos un 8 % y un 14 % podrían ver mejorada su productividad gracias a esta tecnología. Sin embargo, se ha identificado que la mitad de los empleos cuya productividad podría mejorar se ven obstaculizados por brechas en el acceso digital y la infraestructura.
A pesar de que la inteligencia artificial generativa puede causar la automatización de algunos puestos de trabajo, la OIT sugiere que es más probable que la tecnología aumente y transforme los roles laborales en lugar de automatizarlos por completo. Los empleos más afectados por esta tecnología serán los formales en zonas urbanas, en manos de trabajadores con mayor educación e ingresos, como los vendedores, arquitectos, educadores o sanitarios. Por países, se estima que la IA generativa podría afectar entre un 27 % en Ecuador y un 38 % en Costa Rica de los mercados laborales respectivos.
Brasil, Colombia, México, Chile, Perú y Guatemala son algunos de los países de Latinoamérica que podrían verse especialmente afectados por la implementación de la inteligencia artificial generativa, con porcentajes que van desde el 31% hasta el 37% de los empleos en riesgo. El estudio destaca la importancia de invertir en conectividad y habilidades, así como fortalecer los sistemas de protección social para garantizar que nadie se quede rezagado durante esta transición tecnológica.
Para aprovechar plenamente el potencial de la inteligencia artificial generativa, el estudio recomienda implementar programas de aprendizaje permanente, mejorar los sistemas de protección social, abordar las brechas de género que puedan surgir, fortalecer la infraestructura digital e incentivar la adopción de tecnologías digitales. Se enfatiza en la importancia de mantener un diálogo social sólido e inclusivo que involucre a todas las partes interesadas, para garantizar que el poder transformador de la inteligencia artificial se utilice de manera responsable y se aborden las necesidades de todos los trabajadores.
