En la República Dominicana, la calidad del agua potable suministrada por la red pública no es considerada segura para el consumo humano, lo que ha llevado a una dependencia de empresas privadas dedicadas a la purificación y distribución de agua embotellada. La Asociación Dominicana de Procesadores de Agua Purificada (Asoproagua) destaca que la industria local es amplia, dinámica y estable, experimentando un crecimiento constante debido a la desconfianza de los consumidores en el agua suministrada por el Estado. Según datos del Ministerio de Salud Pública, unas 194 empresas embotelladoras cuentan con registros sanitarios, destacándose su presencia en Santo Domingo, Distrito Nacional y Santiago.

La industria de embotelladoras de agua en República Dominicana ha experimentado un crecimiento anual promedio del 6.4%, con ventas que alcanzaron los 1,586 millones de pesos en el año 2023. Además, se han exportado grandes cantidades de agua embotellada a países como Estados Unidos, Puerto Rico y Panamá. Esta industria genera aproximadamente 1,126 empleos formales directos, contribuyendo al mercado laboral del país. El agua embotellada se puede adquirir en una variedad de puntos de venta en presentaciones que van desde botellas pequeñas hasta botellones de cinco galones, con precios que oscilan entre 15 y 90 pesos.

En Santo Domingo, las marcas tradicionales de agua embotellada incluyen Crystal, Planeta Azul, Dasani, Alaska y Orbis. Aunque las grandes marcas apenas representan un 12 o 13% del mercado, se estima que el 80% del agua consumida en la capital es distribuida por pequeñas empresas. Estas compañías ofrecen distintas opciones para satisfacer las necesidades de los consumidores, como agua natural, con gas, saborizada y mineral alcalina. La diferencia entre el agua purificada y el agua mineral radica en el proceso de purificación y la adición de minerales, con precios que varían dependiendo de la calidad y la marca.

A pesar del crecimiento de la industria de embotelladoras de agua, se han identificado problemas de exposición del producto al sol en puntos de venta como colmados, lo que puede afectar la calidad del agua y poner en riesgo la salud de los consumidores. En respuesta a esta situación, las empresas embotelladoras acordaron con Pro Consumidor un plazo de 90 días para cubrir o reubicar los botellones expuestos al sol, bajo amenaza de posibles sanciones. La implementación de medidas de control adecuadas es fundamental para proteger la salud de los consumidores y garantizar la calidad del agua embotellada en el país.

En definitiva, la industria de embotelladoras de agua en República Dominicana ha experimentado un crecimiento significativo debido a la desconfianza de los consumidores en el agua suministrada por el Estado. A pesar de los desafíos en cuanto a la calidad y la exposición del producto al sol, las empresas embotelladoras continúan siendo una alternativa confiable para la población. Se espera que con la implementación de medidas correctivas y un control adecuado, se pueda garantizar la seguridad y calidad del agua embotellada en el país, protegiendo la salud de los consumidores y contribuyendo al desarrollo de la industria.

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