El sueño es crucial para el descanso y la recuperación del cuerpo y la mente. Un sueño reparador se caracteriza por ser profundo y continuo, lo que permite despertar descansado y lleno de energía. Por el contrario, un sueño incompleto o intranquilo puede interrumpirse con frecuencia, afectando la recuperación y el bienestar general. La psicóloga clínica y de salud, Hilary Solano, recomienda algunas prácticas para promover un sueño de calidad, como establecer una rutina nocturna saludable y constante, regular los horarios de sueño, minimizar la exposición a la luz azul de dispositivos electrónicos y cuidar la alimentación.

El establecimiento de una rutina nocturna saludable es fundamental para mejorar la calidad del sueño. Esto incluye mantener horarios regulares para acostarse y levantarse, incluso los fines de semana, para regular el reloj biológico del cuerpo. Asimismo, es importante evitar la exposición a la luz azul de las pantallas de celulares y dispositivos electrónicos antes de dormir, ya que esta luz interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño. La alimentación también juega un papel importante, por lo que se recomienda evitar comidas pesadas, cafeína y alcohol antes de acostarse para prevenir problemas digestivos y facilitar un sueño más profundo.

La actividad física regular es otro factor importante para mejorar la calidad del sueño, pero se aconseja evitar el ejercicio intenso justo antes de dormir. Propiciar un ambiente adecuado para dormir es esencial, como mantener el dormitorio oscuro, silencioso y a una temperatura confortable, además de usar una cama y almohadas cómodas. Hilary Solano, quien labora en el Centro LAU: Psicoterapia y Salud, destaca la importancia de crear un entorno relajante para mejorar la calidad del sueño, así como practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda antes de acostarse para preparar el cuerpo y la mente para dormir.

Si a pesar de implementar estos hábitos persisten los problemas para conciliar o mantener el sueño, es recomendable consultar a un profesional de la salud mental o a un psiquiatra. Estos especialistas pueden identificar y tratar posibles trastornos del sueño subyacentes, ofreciendo estrategias adicionales o tratamientos que no necesariamente implican el uso de fármacos. En caso de dificultades para conciliar el sueño, es importante buscar ayuda profesional para garantizar un descanso adecuado y prevenir futuros problemas relacionados con el sueño.

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