La Iglesia Católica y figuras de la extrema derecha francesa han criticado algunas secuencias de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, que ha sido bien recibida por la izquierda y el Gobierno de Emmanuel Macron. La Conferencia Episcopal francesa lamentó escenas de burla y mofa del cristianismo en la ceremonia, instando a que la fiesta olímpica esté por encima de prejuicios artísticos. La secuencia que generó más controversia fue una parodia de la última cena de Jesucristo, en la que participaron drag queens, una modelo trans y un cantante casi desnudo.

La extrema derecha francesa aprovechó para acusar al Ejecutivo de Macron de hacer propaganda de la ideología "woke". La eurodiputada Marion Maréchal criticó la totalidad de la ceremonia inaugural en su cuenta de X, mencionando las imágenes de la reina María Antonieta decapitada, los besos de tríos y la humillación de la Guardia Republicana. La presencia de la cantante Aya Nakamura, de origen africano, también generó polémica entre grupos de extrema derecha, que consideran que no representa las esencias francesas.

Mientras tanto, la izquierda y el Gobierno elogiaron la ceremonia por poner en valor los valores de libertad, igualdad y fraternidad, así como la sororidad, paridad e inclusión. La ministra de Igualdad, Aurore Bergé, resaltó la historia, luchas y diversidad de Francia mostradas en la ceremonia. Una de las escenas que recibió elogios unánimes fue la intervención de la cantante canadiense Céline Dion, quien rindió homenaje a Edith Piaf y su "Himno al amor".

Los organizadores defendieron la ceremonia argumentando que no buscaban ser subversivos, sino mostrar la diversidad de Francia y sus valores. El presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París, Tony Estanguet, afirmó que la ceremonia fue una muestra de sororidad y amor, con mensajes fuertes. Destacó que fue una ceremonia francesa en París, con libertad de expresión protegida en el país. A pesar de las críticas de la Iglesia Católica y la extrema derecha, la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París ha generado opiniones encontradas y controversia en Francia.

En resumen, la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París ha sido objeto de críticas por parte de la Iglesia Católica y la extrema derecha francesa, quienes han cuestionado algunas secuencias que consideran ofensivas para el cristianismo. Por otro lado, la izquierda y el Gobierno de Emmanuel Macron han elogiado la ceremonia por promover los valores de libertad, igualdad y fraternidad, así como la diversidad de Francia. A pesar de las controversias, la ceremonia contó con momentos destacados como la intervención de Céline Dion y mensajes de sororidad y amor. Los organizadores defendieron el evento como una muestra de la diversidad francesa y la libertad de expresión en el país.

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