El presidente Luis Abinader visitó al expresidente Leonel Fernández en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) para buscar apoyo en la crisis sanitaria del COVID-19, a pesar de haber sido rivales en las elecciones. Sin embargo, cuatro años después, cuando Abinader solicitó una nueva visita para socializar reformas y posibles modificaciones constitucionales, esta fue rechazada por el partido de Fernández, la Fuerza del Pueblo (FP), que sugirió posponerla debido a unas elecciones "accidentadas".

Abinader tiene mayoría en el Congreso y el control necesario para modificar la Constitución y aprobar leyes sin consultar a otros partidos, pero ha expresado su deseo de actuar con prudencia y consenso. El PRM ha anunciado su intención de consultar con todos los sectores, incluidos los políticos, para abordar las reformas pendientes y proteger la Constitución. Sin embargo, la FP ha anunciado que jugará su rol como segunda fuerza opositora sin esperar los tradicionales 100 días de tregua.

La FP ha criticado al Gobierno por supuestamente usar recursos del Estado en campaña, comprar dirigentes contrarios y negar la entrega de recursos a los partidos a tiempo. Además, han expresado su oposición a la reforma fiscal propuesta por el Gobierno, considerando que sería perjudicial para el país. La postura de la FP es estar del lado del pueblo y proteger la Constitución, sin embargo, Abinader ha expresado su deseo de hacer cambios de forma conjunta con la población.

El politólogo Jesús Bueno considera que el rechazo de Fernández a la visita de Abinader podría deberse a acusaciones lanzadas en su contra durante la campaña electoral. Bueno ve esta postura como una declaración de guerra anticipada entre el PRM y la FP, y considera que lo ideal sería llegar a acuerdos en beneficio de la población. Sin embargo, reconoce que si se desata una guerra entre ambos partidos, será difícil alcanzar acuerdos.

La actitud de Fernández ha sido criticada por la Presidencia, que espera diálogo y soluciones consensuadas de sus líderes. Abinader ha expresado su deseo de trabajar en conjunto con todos los sectores para abordar las reformas necesarias y proteger la Constitución. La postura de la FP es oponerse a la reforma fiscal propuesta y proteger los intereses del pueblo, lo que ha llevado al aplazamiento de la reunión entre Fernández y Abinader y a una posible confrontación política en el futuro.

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