La fiscal contra los delitos de odio de Valencia, Susana Gisbert, se ha mostrado satisfecha con la sentencia que condenó a tres aficionados a ocho meses de prisión por insultos racistas a Vinícius Jr. en Mestalla. Gisbert considera que esta sentencia servirá como advertencia para otros y también enviará un mensaje a las víctimas, para que sepan que están protegidas. La fiscal cree que las personas condenadas han reflexionado sobre la trascendencia de sus acciones y confía en que no volverán a cometer actos de este tipo. Además, considera que este caso servirá como un aviso para aquellos que piensen en cometer actos similares.

Según Gisbert, esta sentencia es un primer paso importante para erradicar los insultos racistas en el deporte. La fiscal considera que es un logro significativo que haya una condena por un delito con el agravante de odio en un caso de insultos racistas durante un partido de fútbol. Destaca que la valoración de la sentencia es muy positiva y cree que es satisfactoria para todos los involucrados. La fiscal espera que este caso sirva como ejemplo y que las personas sepan que este tipo de actos no quedarán impunes.

Una de las medidas acordadas en la sentencia es la suspensión de la pena de prisión, que deberá ser ratificada por la jueza. Gisbert explica que esta medida se debe a que los acusados son delincuentes primarios, han mostrado arrepentimiento y han presentado una carta de disculpas. Sin embargo, destaca la importancia de la decisión que les prohíbe acceder a los campos de La Liga y la Federación durante dos años. La fiscal considera que este periodo de exclusión es fundamental, ya que demuestra que este tipo de comportamiento no será tolerado y que las acciones racistas tienen consecuencias legales.

Gisbert enfatiza la importancia de que la sociedad sea consciente de que los actos de racismo y odio son sancionables como delitos. La fiscal destaca que la condena en este caso fue por un delito contra la integridad moral con el agravante de odio. Considera que es fundamental que la gente entienda las graves consecuencias de este tipo de comportamiento y que sepan que las autoridades están dispuestas a actuar para proteger a las víctimas. Gisbert espera que esta sentencia sirva como un mensaje claro de que los actos de odio no serán tolerados en la sociedad y que todos deben ser responsables de sus acciones.

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