El subdirector general de la FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, mencionó que la reducción de la importación de alimentos en la región del Caribe es un gran desafío, para el cual se están buscando diversas soluciones, entre ellas mejorar la irrigación. La Comunidad del Caribe (Caricom), compuesta por 15 países, tiene como objetivo reducir las importaciones de alimentos en un 25 % para 2025, pero los avances se han visto dificultados por el reciente huracán Beryl. Lubetkin destacó que la irrigación es una de las claves para aumentar la producción de alimentos en la región del Caribe, y se refirió a un proyecto de irrigación que consiste en la excavación de surcos a lo largo de los cultivos por los cuales baja el agua gracias a la gravedad.
El subdirector general de la FAO también señaló que el cambio climático es un problema importante que está afectando los esfuerzos del Caribe para aumentar la producción de alimentos y reducir la cantidad de personas hambrientas. Lubetkin abogó por compartir el conocimiento sobre la producción de alimentos, la innovación y la tecnología de manera más efectiva, indicando que la región necesita apoyo externo pero que la verdadera clave está en trabajar internamente. Por otro lado, el presidente de Guyana afirmó que la iniciativa de Caricom para aumentar la producción local ha logrado completarse en un 70 %, pero se encuentra en riesgo debido al impacto del huracán Beryl, que provocó pérdidas en el sector agrícola de la región.
En cuanto a la reducción del hambre en América Latina y el Caribe, Lubetkin mencionó que si bien se ha logrado avanzar, aún quedan 41 millones de personas hambrientas en la región, por lo que no se puede estar completamente satisfecho. A pesar de que se ha logrado reducir el porcentaje de hambre en la región, que pasó del 5,6 % en 2019 al 6,2 % en 2021, todavía hay mucho por hacer para alcanzar la meta de cero hambre en América Latina y el Caribe. El informe SOFI de 2024 reveló que la hambruna afectaba principalmente al 5,2 % de la población de América del Sur, al 5,8 % en Mesoamérica y al 17,2 % en el Caribe, con una tasa de inseguridad alimentaria moderada o severa del 28,2 % en la región.
En resumen, la reducción de la importación de alimentos en la región del Caribe es un desafío importante, con la necesidad de implementar soluciones como mejorar la irrigación. El cambio climático está obstaculizando los esfuerzos para aumentar la producción de alimentos y reducir la hambruna en la región, por lo que es fundamental compartir el conocimiento y la tecnología de manera efectiva. A pesar de los avances en la reducción del hambre en América Latina y el Caribe, todavía queda mucho por hacer para lograr la meta de cero hambre en la región, con 41 millones de personas aún sufriendo de hambruna. La región necesita trabajar internamente para fortalecer su capacidad de producción y reducir la dependencia de las importaciones de alimentos.