La República Dominicana se ha planteado el reto de atraer a 20 millones de visitantes a su destino turístico en constante crecimiento. Para lograrlo, se requerirá de grandes inversiones para mantener variada la oferta turística, desarrollar nuevos polos y construir y actualizar complejos hoteleros. La Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores) destaca la importancia de mantener las exenciones fiscales para fomentar la inversión extranjera directa en el sector. Según estimaciones, sin estas exenciones, la inversión extranjera podría caer hasta en un 50%, lo que representaría una pérdida de ingresos por divisas de hasta 7,000 millones de dólares.

La eliminación del Consejo de Fomento Turístico (Confotur), responsable de gestionar los proyectos de inversión que aplican a la Ley 158-01 sobre Fomento al Desarrollo Turístico, podría tener graves consecuencias para el sector. De acuerdo con Asonahores, esto podría traducirse en una caída en la inversión extranjera hotelera, en un descenso en la oferta de habitaciones y en una reducción en la llegada de turistas en un 30%. Además, se estima que alrededor de 780 millones de dólares en recaudaciones estatales se verían comprometidos, lo que a largo plazo impactaría en el Producto Interno Bruto nominal del sector en 4,000 millones de dólares.

El ejemplo de Puerto Plata es utilizado para ilustrar cómo la falta de incentivos puede frenar el desarrollo de un destino turístico. Puerto Plata, que solía recibir hasta el 34% del total de turistas extranjeros en 1996, ha visto una reducción significativa en su participación hasta solo el 5% en 2023. Los ejecutivos hoteleros enfatizan la importancia de mantener las exenciones fiscales para garantizar el desarrollo y la competitividad de destinos como Puerto Plata.

Los ejecutivos hoteleros señalan que, a diferencia de otras industrias, el turismo no tiene un límite de crecimiento y expansión, por lo que las exenciones fiscales son fundamentales para atraer inversión extranjera y seguir desarrollando el sector. Se estima que para sumar cada dos millones de turistas adicionales, se necesitarían alrededor de 5,600 millones más de inversión extranjera, una cantidad que sería difícil de atraer sin las exenciones fiscales. Actualmente, el costo de entrada al mercado dominicano, el costo de construcción y la tarifa de vuelos aéreos son más altos que en otros países competidores, lo que afecta la competitividad del sector.

Las reformas estructurales en curso han generado incertidumbre entre los inversores, lo que ha llevado a la detención de proyectos y a la toma de decisiones sobre nuevas inversiones. La crisis reputacional del sector en 2019 y la pandemia del covid-19 en 2020 han ralentizado el crecimiento de nuevos proyectos hoteleros en los últimos cinco años. Los ejecutivos subrayan la importancia de un plan de ordenamiento territorial para regular el crecimiento de los hoteles y evitar impactos negativos en las comunidades y los recursos naturales de la zona. La Ley 368-22 sobre Ordenamiento Territorial, aprobada en 2022, establece pautas para el uso del suelo costero-marino con fines turísticos y define los tipos de suelo y sus usos.

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