La noche del martes en la carretera Guayacanal-Las Charcas, en la provincia de Santiago, dos personas murieron en medio de una disputa por la repartición de un botín entre miembros de una misma banda. Las víctimas fueron identificadas como Heidy María Gabriel, de 25 años, y Anyelo Benjamín Hernández Rodríguez, también conocido como "Tres Pie". Además, Juan Ramón García Pichardo resultó herido de bala y se encuentra en estado delicado en el hospital regional universitario José María Cabral y Báez de Santiago.

Según una fuente cercana a la investigación, las heridas de bala que presentan tanto los fallecidos como el sobreviviente fueron ocasionadas por ellos mismos y otros presuntos delincuentes en un lugar apartado y poco poblado en las afueras de la ciudad. Heidy María Gabriel, la mujer fallecida, era madre de un niño de tres años que presenció el incidente y fue socorrido por vecinos y entregado a las autoridades. Por su parte, "Tres Pie" tenía una orden de arresto por el homicidio de un sargento de la Policía Nacional.

El Ministerio Público y la Policía Nacional están trabajando en la identificación de otras personas vinculadas al incidente. Se sabe que otros implicados llevaron a Juan Ramón García Pichardo al hospital regional universitario, y el vehículo en el que fue transportado fue encontrado en un taller en el sector La Ciénaga, al norte de Santiago. Se espera que la investigación revele más detalles sobre las circunstancias que llevaron a la muerte de las dos personas y las responsabilidades de los involucrados en el incidente.

La noticia de la disputa por un botín entre miembros de una misma banda que resultó en la muerte de dos personas en la provincia de Santiago ha conmocionado a la comunidad. La trágica situación pone de manifiesto los peligros y la violencia presentes en ciertos círculos delictivos, así como la importancia de la investigación y el trabajo de las autoridades para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. La presencia de un niño de tres años en la escena del crimen agrega un elemento desgarrador a esta historia.

La información ofrecida por una fuente ligada a la investigación revela que las heridas de bala fueron causadas por los propios involucrados en el incidente, lo que sugiere un grado de violencia y violencia interna dentro de la banda. La presencia de armas de fuego en disputas internas entre delincuentes plantea serias preocupaciones sobre la seguridad pública y la proliferación de la delincuencia en la región. Estos eventos subrayan la necesidad de abordar de manera efectiva el problema de la violencia armada y el crimen organizado en la provincia de Santiago.

La identificación de otros implicados en el incidente y la búsqueda de justicia para las víctimas son pasos cruciales en la resolución de este caso y en la prevención de futuros actos de violencia. La colaboración entre el Ministerio Público y la Policía Nacional es fundamental para garantizar que se haga justicia y se apliquen las leyes de manera adecuada en estos casos. La tragedia de la muerte de dos personas en circunstancias tan trágicas debe servir como un recordatorio de la importancia de abordar la violencia y la criminalidad de manera urgente y efectiva en la provincia de Santiago.

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