Según la organización intergubernamental IGC, la producción mundial de cereales alcanzará un máximo histórico en la campaña 2024-2025, llegando a 2,321 millones de toneladas. Sin embargo, tanto la distribución como el comercio de estos cereales serán complicados debido al aumento del consumo, la inestabilidad climática y el panorama geopolítico. Los principales países productores han elevado sus proyecciones de cosecha, y se espera que esta crezca un 1% anual a nivel global. A pesar de que la tendencia de precios es a la baja, existen dudas sobre cómo se distribuirá esta producción récord.

Las últimas previsiones del Consejo Internacional de Cereales (IGC) han elevado en ocho millones de toneladas la cosecha mundial de grano, teniendo en cuenta mejoras en zonas productoras como Rusia y Ucrania. Se espera que el consumo mundial alcance las 2,324 millones de toneladas, mientras que las existencias almacenadas se sitúen en torno a los 586 millones, una cifra menor que en años anteriores. Además, se prevé que el comercio de grano disminuya un 6.7% respecto a la campaña anterior, llegando a los 418 millones de toneladas.

En cuanto a los cereales específicos, se estima que la producción global de trigo alcanzará los 801 millones de toneladas (+1%), la de maíz llegará a 1,225 millones (+0.16%) y la de arroz será de 528 millones de toneladas (+1.14%). Se espera un descenso en las reservas almacenadas de maíz en la Unión Europea, Rusia, Ucrania y en países del África subsahariana. Estas cifras confirman la tendencia anunciada por la FAO, que también había señalado un aumento en el consumo destinado a piensos, alimentos y usos industriales.

Los precios de los cereales están experimentando un momento bajista en los mercados internacionales, reflejado en el índice mundial de cereales y oleaginosas del IGC, que ha caído un 2% mensualmente. Este descenso se debe principalmente al trigo, mientras que en el maíz se han registrado repuntes modestos debido a la subida de las primas de exportación de Ucrania y Brasil, compensados por la baja en Estados Unidos. La amplia oferta mundial y la fuerte competencia también están jugando un papel importante en esta tendencia a la baja en los precios de los cereales.

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