Un grupo de mujeres colombianas y venezolanas que fueron víctimas de trata y tráfico de personas en Santiago, República Dominicana, serán repatriadas a sus respectivos países en colaboración con los gobiernos de República Dominicana, Colombia y Venezuela, junto con grupos como RATT Colombia, RATT Dominicana y RATT Venezuela, representados por la ONG Ámbar y la Organización Internacional para las Migraciones. Esta repatriación se considera un paso importante en la lucha contra la explotación y el tráfico de personas a nivel internacional, demostrando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra la trata de personas.

Durante la "Operación Flor de Loto", realizada el 11 de julio, se rescataron a unas 45 mujeres colombianas y venezolanas que estaban retenidas por una red dedicada a la trata de personas, el proxenetismo y la explotación sexual en residenciales del sector Gurabo, en la provincia de Santiago. Los tratantes mantenían cautivas a estas mujeres en varios apartamentos, obligándolas a ejercer labores sexuales para saldar una deuda adquirida por procesos migratorios y de vivienda costeados por los imputados. Esta operación ha permitido desarticular una organización criminal que reclutaba a sus víctimas en Colombia y las obligaba a trabajar bajo condiciones inhumanas.

RATT Internacional ha destacado la importancia de la colaboración entre diversos grupos y organizaciones internacionales en la lucha contra la trata de personas, señalando que la repatriación de estas mujeres no solo es un acto humanitario, sino también un ejemplo de cómo la coordinación y el compromiso pueden llevar a acciones efectivas para rescatar y proteger a quienes han sido explotados. Esta red global está comprometida con la erradicación de la trata de personas y trabaja en conjunto con gobiernos y otras organizaciones para desarrollar políticas públicas y acciones concretas que protejan a las víctimas y prevengan futuros casos de explotación.

La organización del crimen descubierta durante la "Operación Flor de Loto" estaba integrada por los imputados Junior David Matos Monegro y Estarly Almánzar Pérez, quienes viajaban a Colombia para seleccionar y reclutar a sus víctimas, costeando procesos migratorios y de vivienda para después obligarlas a trabajar en labores sexuales para saldar una deuda. Estos hombres tenían control sobre la documentación de identidad de algunas de las víctimas, así como sobre los pagos que recibían de sus clientes, coordinando servicios sexuales y precios a través de plataformas como WhatsApp. La operación ha permitido desarticular esta red criminal y rescatar a las mujeres atrapadas en esta situación de explotación.

La repatriación de las mujeres víctimas de trata y tráfico de personas en Santiago, República Dominicana, es el resultado de un esfuerzo conjunto entre la Red Alto al Tráfico y la Trata Internacional y los gobiernos de Colombia, Venezuela y República Dominicana. Esta colaboración demuestra la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra la trata de personas y la explotación humana, resaltando el papel fundamental que juegan las organizaciones internacionales y los gobiernos en la protección de las víctimas y la prevención de futuros casos de explotación. La repatriación de estas mujeres es un paso significativo en la erradicación de la trata de personas y un ejemplo de cómo la acción conjunta puede conducir a resultados concretos en la protección de los derechos humanos.

La labor de RATT Internacional y otras organizaciones comprometidas con la erradicación de la trata de personas es fundamental en la visibilización, prevención y asistencia a las víctimas de este delito. Estas organizaciones trabajan incansablemente en conjunto con gobiernos y otras entidades para desarrollar políticas públicas y acciones concretas que protejan a las víctimas y prevengan futuros casos de explotación. La repatriación de las mujeres colombianas y venezolanas es un ejemplo de la importancia de esta labor colaborativa en la lucha contra la trata de personas y el tráfico humano a nivel internacional, destacando la necesidad de seguir trabajando para garantizar la protección y el bienestar de quienes han sido explotados.

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