La Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados aceleró el estudio de préstamos por más de 310 millones de dólares con tres instituciones internacionales, que estaban paralizados durante la campaña electoral. Los legisladores detuvieron cualquier proyecto de endeudamiento para no afectar sus candidaturas. Sin embargo, una vez terminadas las elecciones, se retomó el análisis de los préstamos y se intensificaron las reuniones para su aprobación.
El primer préstamo que se agilizó en la comisión es de 25 millones de dólares, otorgado por la Agencia Francesa de Desarrollo, para financiar un programa de inversiones sostenibles en el sector agrícola. Los fondos servirían para dar créditos a pequeños agricultores, implementar asistencias técnicas en la agricultura y fortalecer la gestión financiera en el Ministerio de Agricultura. El préstamo se pagará en cuotas semestrales hasta el año 2043.
Un segundo préstamo de 190 millones de dólares será pactado con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para financiar un programa de apoyo al Sistema Nacional de Salud. El proyecto busca mejorar la capacidad de los proveedores de asistencia sanitaria pública para prestar servicios de calidad. Se invertirá en infraestructuras y equipos de salud para asegurar un buen servicio sanitario, especialmente en el área neonatal.
El último préstamo del grupo es de 95 millones de dólares, tomado de la Agencia Francesa de Desarrollo, para implementar tecnologías climáticas en la agricultura del país. El préstamo busca que los pequeños y medianos productores nacionales tengan acceso a nuevas herramientas tecnológicas. Varios funcionarios han asistido a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para explicar los beneficios de los proyectos que se implementarían con los fondos prestados por estas entidades internacionales.
El ministro de Agricultura, Limber Cruz, explicó los detalles de dos préstamos y animó a los diputados a votar a favor de las iniciativas. Estos tres préstamos, que totalizan 310 millones de dólares, están a la espera de que el equipo de diputados rinda un informe para su aprobación en el Pleno de la Cámara de Diputados. Este proceso forma parte de un inventario de proyectos retrasados que están siendo retomados en el Congreso para su posterior aprobación y ejecución.
