En las recientes elecciones congresuales y presidenciales en la República Dominicana, se registró un alto nivel de abstención electoral, alcanzando un promedio del 37.98%. Esta cifra representa el mayor ausentismo en los últimos 62 años de historia del país, solo superado por las elecciones generales del 5 de julio de 2020 durante el apogeo de la pandemia del COVID-19. La abstención a nivel presidencial se proyecta en un 46%, con las demarcaciones de Santiago y Duarte presentando los mayores niveles de ausentismo, mientras que Pedernales y Dajabón mostraron una mayor concurrencia de electores.
En cuanto a la diáspora dominicana, que representa el 10% del padrón nacional, más del 82% optó por no sufragar en las pasadas elecciones. La circunscripción con menos votos emitidos fue la 1, que incluye ciudades de Estados Unidos y Canadá, con una abstención del 84%. En las circunscripciones 2 y 3, el nivel de ausentismo fue alrededor del 81%, abarcando territorios en América Latina y Europa. A pesar de la disminución en la participación de la diáspora, el número de votantes en comparación con las elecciones municipales de febrero mostró un aumento.
Las elecciones municipales de febrero tuvieron la mayor cantidad de abstemios en la historia electoral dominicana, con un promedio del 47.82% de la matrícula de electores hábiles decidiendo no expresar su voluntad en las urnas. En cambio, las elecciones recientes mostraron una disminución en la abstención, con un promedio general del 37.98%. Es importante destacar que en julio del 2020, el 54.34% de los ciudadanos hábiles para votar no acudió al concurso comicial, lo que ha sido un factor recurrente en los últimos años.
La disparidad en los niveles de abstención entre las diferentes provincias y la diáspora refleja la diversidad de motivaciones y circunstancias que pueden influir en la participación electoral. A pesar de los esfuerzos para fomentar la conciencia cívica y la importancia del voto, la tendencia a la abstención parece persistir en la sociedad dominicana. Las elecciones futuras en el país enfrentarán el desafío de motivar a un mayor número de ciudadanos a ejercer su derecho al voto y participar activamente en el proceso democrático.