José Raúl Mulino, un político pro empresa privada, asume la Presidencia de Panamá con el objetivo de devolver al país el auge económico y detener la migración irregular por el Darién, la frontera con Colombia. Mulino, de 65 años, fue elegido en las elecciones del 5 de mayo, obteniendo el 34,23% de los votos. La ceremonia de investidura contará con la presencia de líderes internacionales como el rey de España, Felipe VI, y los presidentes de Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Honduras, y Belice, entre otros.

Además, asistirán ministros de Asuntos Exteriores de varios países y representantes de Estados Unidos y China. Mulino llega al poder en medio de un proceso electoral complicado, ya que su candidatura fue ratificada por el Supremo tras la inhabilitación de su compañero de fórmula por corrupción. No contará con un vicepresidente, y la banda presidencial le será impuesta por el presidente de la Asamblea Nacional en una ceremonia en el Centro de Convenciones Atlapa. Este será el octavo presidente de Panamá en democracia.

Entre los retos que enfrenta, Mulino busca reflotar la economía dolarizada de Panamá, afectada por factores como la crisis hídrica del canal interoceánico y el cierre de la mina Cobre Panamá. La deuda pública ha superado los 50.000 millones de dólares este año, en comparación con los 31.000 millones de hace cinco años. La proyección de crecimiento económico para este año se sitúa entre el 2,5% y el 3,5%, tras un crecimiento del 7,3% en 2023. El nuevo presidente también plantea la repatriación masiva de migrantes irregulares que cruzan el Darién desde Colombia.

En cuanto a la gobernabilidad, Mulino debe lidiar con un Parlamento fragmentado y una sociedad desconfiada de su relación con el expresidente Martinelli, símbolo de corrupción. A pesar de que durante su campaña se le asoció con Martinelli, Mulino ha intentado desvincularse de él con declaraciones públicas. El nuevo mandatario ha mantenido reuniones con todas las bancadas del Parlamento, incluida la coalición Vamos, mostrando su intención de acordar medidas necesarias para sacar al país de la crisis, como aumentar la edad de jubilación o establecer nuevos impuestos.

En medio de este contexto político y económico desafiante, Mulino asume la Presidencia con el compromiso de impulsar el crecimiento económico y hacer frente a la crisis migratoria en la frontera con Colombia. Su presidencia representa un nuevo capítulo en la historia de Panamá, en el que deberá enfrentar múltiples desafíos y trabajar en la reconstrucción y estabilización del país en un momento de incertidumbre y tensiones internas. Se espera que su gestión marque un punto de inflexión en la dirección del país y que logre establecer políticas efectivas para superar los obstáculos económicos y sociales que enfrenta la nación.

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