JetAir, operando colectivamente como JetAir, ha sido declarada en quiebra por el Tribunal de Primera Instancia de Curazao. Esta aerolínea era la única con base en Aruba, Curazao y Bonaire que operaba con aviones a reacción, ofreciendo vuelos programados y chárter que conectaban Curazao con Aruba, Bonaire, Jamaica, República Dominicana, Haití, San Martín, Surinam y Colombia. Aunque recibió su permiso de operación en noviembre de 2019, justo antes del inicio de la pandemia de COVID-19, esta afectó gravemente sus operaciones iniciales. Tras la pandemia, JetAir reanudó agresivamente sus servicios, apuntando a rutas desde Curazao hacia Colombia, Jamaica, República Dominicana, Haití y San Martín. Sin embargo, la expansión de aerolíneas locales como Winair y Z Air, junto con la aparición de la low-cost Arajet y la expansión de Sky High, limitaron las operaciones de JetAir.

Además, los altos costos operativos de sus aviones Fokker 70 obligaron a JetAir a inmovilizar uno de ellos para repuestos. Recientemente, la aerolínea estaba negociando una transición a aviones turbohélice ATR 42/72 más económicos o a jets más pequeños como el CRJ y el ERJ. JetAir reportó pérdidas por un valor de 2 millones de florines arubeños (ANG), equivalentes a 1.1 millones de dólares, en los primeros cuatro meses de 2024, según Expreso Curaçao. La misma fuente indicó que la junta directiva obligó a JetAir a cesar operaciones y a inmovilizar su único Fokker 70 (PJ-JAB). Inicialmente, la aerolínea tendrá que informar a pasajeros, empleados y otros interesados, asegurar activos y explorar posibilidades para una reanudación a corto plazo de los vuelos.

La quiebra de JetAir se alinea con las dificultades financieras de otras aerolíneas caribeñas como Air Antilles y LIAT, ambas de las cuales han resurgido con nuevos inversores. La competencia con otras aerolíneas locales y de bajo costo, sumado a los altos costos operativos de los aviones utilizados, representaron desafíos significativos para JetAir. A pesar de sus esfuerzos por expandir servicios y rutas después de la pandemia, factores como la limitación de operaciones y los costos elevados contribuyeron a su declive financiero. Se espera que la aerolínea tome medidas para manejar su situación de quiebra de manera adecuada, incluyendo la comunicación con sus partes interesadas y la evaluación de posibles alternativas para volver a operar a corto plazo.

La declaración de quiebra de JetAir ha tenido un impacto significativo en el sector de la aviación en el Caribe, especialmente en las rutas y servicios que la aerolínea solía ofrecer. La competencia entre aerolíneas locales y extranjeras en la región ha intensificado en los últimos años, lo que ha llevado a la consolidación de algunas aerolíneas y la quiebra de otras. La crisis económica global derivada de la pandemia de COVID-19 también ha agravado la situación financiera de muchas aerolíneas, incluyendo a JetAir. Aunque la industria de la aviación se ha recuperado en algunos aspectos, la competencia feroz y los desafíos operativos persisten para muchas aerolíneas de la región.

El cese de operaciones de JetAir y su posterior quiebra han dejado un vacío en el mercado de la aviación en Aruba, Curazao y Bonaire, ya que la aerolínea era una de las pocas que ofrecía servicios con aviones a reacción en la región. Esto ha llevado a cambios significativos en la conectividad aérea y en las opciones de viaje disponibles para los residentes locales y los turistas. La transición a otras aerolíneas existentes o la llegada de nuevos operadores pueden llenar parcialmente este vacío, pero es probable que la competencia continúe intensificándose en el futuro. JetAir, a pesar de su corta vida, deja un legado en la industria de la aviación caribeña y su quiebra servirá como una lección sobre los desafíos financieros y operativos que enfrentan las aerolíneas en la región.

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