Un estudio realizado por el equipo del Laboratorio Federal Suizo de Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA) sugiere que las nanopartículas presentes en la contaminación ambiental y en productos de consumo pueden afectar la función protectora de la placenta durante el embarazo, lo que podría tener consecuencias indirectas en el desarrollo embrionario. Estas nanopartículas, como el dióxido de titanio utilizado como colorante alimentario, se absorben del medio ambiente a través de alimentos, cosméticos o aire respirado. Según la experta Tina Bürki, estas sustancias interrumpen la producción de hormonas del embarazo e impiden la formación de vasos sanguíneos en el óvulo, lo que puede causar problemas como bajo peso al nacer, autismo o enfermedades respiratorias.
Los científicos realizaron análisis en placentas humanas desechadas después de cesáreas y también en modelos de laboratorio con huevos de gallina para estudiar los efectos de las nanopartículas en el tejido placentario. En las placentas contaminadas se observaron posibles consecuencias perjudiciales para el embrión, como anomalías en el crecimiento de los vasos sanguíneos que impidieron su desarrollo adecuado. A pesar de esto, se señaló que la comunicación entre la placenta y el feto podría verse afectada, pero el estudio no encontró indicios de impacto en el sistema nervioso del embrión. Los expertos destacaron la importancia de realizar análisis futuros para identificar posibles trastornos adicionales causados por las nanopartículas en el desarrollo embrionario.
Es fundamental tener en cuenta el riesgo potencial de las nanopartículas en la salud de la mujer embarazada y el desarrollo del niño. Según Bürki, este conocimiento debería tenerse en cuenta al evaluar los riesgos asociados con el uso de nanomateriales. El estudio advierte sobre la importancia de comprender cómo estas partículas pueden interferir en la función protectora de la placenta y qué otras consecuencias podrían tener en el desarrollo embrionario. Se resalta la necesidad de investigar más a fondo los efectos de las nanopartículas en la salud materna y fetal, así como en futuras generaciones, para poder tomar medidas preventivas adecuadas.
En resumen, el estudio realizado por la EMPA señala que las nanopartículas presentes en la contaminación ambiental y en productos de consumo pueden tener efectos adversos en la función protectora de la placenta durante el embarazo, lo que potencialmente afectaría el desarrollo embrionario. A pesar de que se encontraron alteraciones en la formación de los vasos sanguíneos del óvulo y posibles riesgos para problemas de salud en el embrión, no se observaron impactos en el desarrollo del sistema nervioso. Se destaca la importancia de continuar investigando sobre los posibles efectos de las nanopartículas en la salud materna y fetal, así como en las generaciones futuras, para poder prevenir riesgos potenciales y garantizar un desarrollo embrionario saludable.