Un investigador del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) mencionó que garantizar la calidad de los alimentos antes de su consumo presenta varios desafíos, como la contaminación alimentaria, la cadena de suministro, la resistencia a los antibióticos y el cambio climático. Durante el Tercer Simposio de Inocuidad Alimentaria, Luis Maroto, docente investigador del INTEC, explicó que las sequías se han extendido y ha aumentado la aparición de plagas, enfermedades y degradación del suelo en muchos lugares de República Dominicana y la región.

Dentro de las estrategias de adaptación en la producción de alimentos, se destaca la agricultura climáticamente inteligente, que se basa en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles y resilientes a los desastres climáticos. Se propone también el mejoramiento genético de cultivos para desarrollar variedades más resistentes a la sequía, a enfermedades y con mayores aportes nutricionales. Estas medidas buscan hacer frente a los desafíos que plantea el cambio climático en la seguridad alimentaria.

En relación con el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria, Edian Franco, doctor en Biotecnología, señaló como uno de los grandes retos el diseñar un plan para la utilización de organismos modificados genéticamente sin perder la diversidad genética de los alimentos autóctonos del país. Franco también mencionó la importancia de desarrollar cultivos tradicionales para preservar la producción nacional y garantizar la seguridad alimentaria en un país que depende en gran medida de las importaciones.

Además, se plantea como desafío la implementación de organismos modificados genéticamente en la producción de alimentos debido a la percepción negativa que existe en la sociedad. A pesar de que no existen evidencias que demuestren que los alimentos genéticamente modificados sean dañinos para la salud, existe una resistencia por parte de la población basada en la falta de información y en mitos sobre este tipo de alimentos. Por lo tanto, es necesario abordar el tema de la biotecnología de manera objetiva y educativa para concienciar sobre sus beneficios y reducir el rechazo por parte de la sociedad.

En este sentido, es fundamental promover la educación y la divulgación científica para informar a la población sobre la importancia y las ventajas de la biotecnología en la producción de alimentos, así como de la necesidad de adoptar medidas de adaptación y mitigación para hacer frente a los retos del cambio climático en la seguridad alimentaria. La colaboración entre instituciones académicas, gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil será clave para desarrollar estrategias efectivas y sostenibles en este ámbito.

En conclusión, la garantía de la calidad de los alimentos y la seguridad alimentaria ante la influencia del cambio climático y otros desafíos requiere de un enfoque integral que involucre a diversos actores, desde investigadores y académicos hasta productores, autoridades gubernamentales y la sociedad en general. Es necesario fomentar la investigación y la innovación en el ámbito alimentario, así como promover una cultura de consumo responsable y sostenible para asegurar el bienestar y la salud de la población en un contexto de creciente incertidumbre climática.

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