Un hombre de 32 años de edad, identificado como Luis Elías Vicioso Heredia, fue condenado a tres años de prisión por cometer un atentado sexual contra una niña de 9 años. El acusado utilizó una aplicación de mensajería instantánea de una red social para comunicarse con la menor, solicitándole imágenes de sus partes íntimas y enviándole contenido sexual explícito. A pesar de sus intentos, no logró su objetivo final de tener relaciones sexuales con la niña debido a la supervisión de su familia. El agresor indicó a la víctima que borrara las conversaciones para evitar problemas.

La sentencia fue resultado de la acusación presentada por el Ministerio Público, representado por el procurador Iván Vladimir Féliz Vargas y la fiscal Belkis Ulloa, junto con fiscales locales. El tribunal integrado por los jueces Hilda Nieves Sánchez Luna, Isaías Ronaldo Martínez Pérez y Félix Manuel Reyes Vásquez encontró al acusado culpable de violar la Ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, así como el artículo 396 del Código para la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes. El acusado cumplirá su condena en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Monte Plata.

Durante el periodo de mayo a junio de 2020, Vicioso Heredia mantuvo conversaciones inapropiadas con la adolescente a través de la plataforma Messenger, invitándola a su casa en varias ocasiones. Sin embargo, la intervención de la familia de la víctima impidió que se consumara el delito. El agresor instruyó a la niña a borrar las conversaciones para evitar ser descubierto, una acción que finalmente lo llevó a recibir la condena por sus acciones.

El proceso judicial demostró la culpabilidad del acusado a través de pruebas recopiladas de aparatos electrónicos. La fiscalía demostró que Vicioso Heredia cometió el atentado sexual contra la adolescente, lo que llevó al tribunal a dictar la sentencia de tres años de prisión. La protección de los derechos de los menores fue un aspecto fundamental en este caso, reflejado en la condena del acusado por violentar normativas de protección de menores y delitos de alta tecnología.

Este caso ejemplifica la importancia de la supervisión parental en el uso de redes sociales y aplicaciones de mensajería por parte de menores, así como la necesidad de denunciar cualquier conducta inapropiada o abuso. La condena del acusado envía un mensaje claro sobre la gravedad de los delitos sexuales contra menores y la responsabilidad de proteger a los más vulnerables de la sociedad. La colaboración entre autoridades locales y nacionales fue fundamental para llevar a cabo el proceso judicial y garantizar que se haga justicia en casos de violencia sexual infantil.

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