El Partido Demócrata está considerando la posibilidad de presentar a la vicepresidenta Kamala Harris como candidata contra Donald Trump en las elecciones de noviembre, con el objetivo de superar el racismo y el sexismo presentes en algunos sectores de Estados Unidos. Harris debe asegurar el apoyo dentro del partido, donde la opinión de exdirigentes y líderes del Congreso será crucial. El caucus afroamericano del Congreso ya ha respaldado a Harris, quien es de origen jamaicano e indio, y considera que sería una traición marginarla.
Al finalizar su campaña, el presidente Joe Biden expresó su apoyo total a Harris como la posible candidata del partido para las elecciones de noviembre. Sin embargo, figuras destacadas del Partido Demócrata como Barack Obama, Nancy Pelosi y Chuck Schumer aún no han manifestado su respaldo a Harris ni a ningún otro candidato. Harris se enfrenta a un desafío histórico, ya que en la historia de Estados Unidos solo ha habido un presidente afroamericano, Barack Obama, y nunca se ha elegido a una mujer como presidenta.
El expresidente Trump ha sido conocido por su discurso populista marcado por el racismo, la xenofobia y el odio hacia aquellos que no son hombres blancos. En un mitin reciente en Michigan, Trump se refirió a Harris de manera despectiva como "Risas Kamala" y la insultó, lo que evidencia el contraste entre ambos candidatos. Harris podría convertirse en la primera mujer negra nominada por uno de los grandes partidos y en la primera mujer negra en llegar a la presidencia, lo que supondría un hito en la historia.
La barrera racial y de género sigue siendo un obstáculo importante en la política estadounidense, como lo demuestra el hecho de que nunca se ha elegido a una gobernadora afroamericana. La campaña de Stacey Abrams en 2018 generó entusiasmo, pero no pudo superar esa barrera histórica. Si Harris es elegida como candidata, es probable que su compañero de fórmula sea un hombre blanco. Entre los posibles candidatos se encuentran Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, y los gobernadores de Carolina del Norte y Kentucky, cuyos perfiles podrían atraer a votantes moderados.
En resumen, la posible candidatura de Kamala Harris enfrenta desafíos históricos en términos de raza y género en un contexto político polarizado. A pesar de la oposición de figuras tradicionales del Partido Demócrata y los ataques de Trump, Harris representa la posibilidad de hacer historia como la primera mujer negra en ser nominada por un gran partido y, potencialmente, en llegar a la presidencia. La elección de Harris como candidata podría marcar un cambio gradual en la política estadounidense y en la percepción de la diversidad en la sociedad.