En las elecciones de Estados Unidos, se está librando una lucha inesperada por atraer al votante masculino de la generación Z, donde Donald Trump ha erosionado el dominio demócrata sobre los jóvenes, mientras Kamala Harris ofrece un nuevo modelo de masculinidad basado en la empatía y la igualdad. Trump busca ganarse a los votantes apareciendo en podcasts populares entre la generación Z, mientras que Harris intenta posicionarse como una líder fuerte, respaldándose en un nuevo modelo de masculinidad encarnado por su compañero de fórmula, Tim Walz. Esta competencia revela un debate más amplio sobre las distintas concepciones de masculinidad presentes en los partidos demócrata y republicano y cómo estas resuenan entre los jóvenes.

La campaña de Trump está basada en una forma de hipermasculinidad que se vio reflejada en la convención republicana en Milwaukee, donde el exluchador Hulk Hogan se arrancó la camiseta y Trump se presentó al ritmo de ‘It’s a Man’s Man’s Man’s World’ de James Brown. En cada mitin, Trump proyecta la imagen de un líder duro, intentando seducir a votantes jóvenes sin estudios universitarios que sienten menos afinidad con las ideas demócratas. Por otro lado, Harris está movilizando el voto femenino con promesas de proteger el derecho al aborto, y presentando una alternativa de masculinidad basada en la empatía y la cooperación.

La campaña de Harris ha presentado su propia alternativa de masculinidad, mostrando hombres capaces de liderar con empatía y cómodos en un segundo plano junto a una mujer poderosa. Esta imagen la encarnan el segundo caballero Doug Emhoff, quien dejó su trabajo como abogado cuando Harris se convirtió en vicepresidenta, y especialmente Tim Walz, quien representa una masculinidad renovada y sencilla, apareciendo en mítines con camisa de franela y botas de montaña. Walz es considerado como la puerta de entrada para aquellos hombres que se sienten incómodos aceptando la posibilidad de que una mujer pueda ser comandante en jefe.

Las diferencias entre los candidatos anticipan que en las elecciones del 5 de noviembre se producirá la mayor “brecha de género” de la historia reciente de Estados Unidos. Según un sondeo reciente, la brecha de género podría alcanzar los 18 puntos, superando los 12 puntos de 2020 y los 11 de 2016.Concretamente, Harris aventaja a Trump en 13 puntos entre las mujeres, mientras que Trump supera a Harris en 5 puntos entre los hombres, un fenómeno inédito en la política estadounidense. Esta diferencia revela un entusiasmo sin precedentes por Harris entre las mujeres, mientras que los hombres, sobre todo los jóvenes que votan por primera vez, están volcándose hacia Trump.

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