El patriotismo está viviendo un renacimiento en el Partido Demócrata, liderado por la vicepresidenta Kamala Harris. En sus mítines, ondean banderas estadounidenses y se escuchan cánticos de “¡U-S-A, U-S-A!” así como himnos patrióticos. Este cambio en la estrategia demócrata ha sido evidente desde que Harris eligió a Tim Walz, un gobernador conocido por su afición a la caza y la experiencia militar, como su compañero de fórmula. Los demócratas buscan demostrar que también representan los valores tradicionales y conservadores de Estados Unidos.

Durante años, los demócratas han tenido dificultades para transmitir un mensaje de patriotismo, dejando un vacío que Donald Trump supo llenar en 2016. Sin embargo, ahora han encontrado la fórmula para contrarrestar este mensaje, adoptando conceptos conservadores como la libertad. Harris defiende la libertad en varios aspectos importantes, como la igualdad de oportunidades económicas y la seguridad de los niños en las escuelas. En sus mítines, resuenan palabras como libertad, comunidad, futuro y alegría.

Los demócratas buscan reclamar un patriotismo optimista y unificador, en contraposición a la retórica divisiva de Trump. La estrategia de Harris se centra en demostrar que son los verdaderos patriotas y en recordar a los votantes el papel de Trump en el asalto al Capitolio en enero de 2021. Harris busca movilizar a los votantes para proteger la democracia y los valores fundamentales de Estados Unidos. Además, ha intentado arrebatar a los republicanos el monopolio del patriotismo, presentándose como una figura de liderazgo militar y ganando el respaldo de exaltos cargos militares y de seguridad.

Harris ha estrechado lazos con figuras republicanas críticas con Trump, como Liz Cheney, líder en la investigación del asalto al Capitolio. Compartieron escenario en Wisconsin, en un evento centrado en colocar a la nación por encima de los partidos políticos. Harris espera que su mensaje atraiga a republicanos e independientes que sienten orgullo por su país. Una encuesta mostró que el 60 % de los republicanos se sentían “extremadamente orgullosos” de ser estadounidenses, comparado con el 29 % de los demócratas. Si Harris puede atraer a una fracción de ese grupo, su camino hacia la victoria podría estar más cerca.

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