La ceremonia de instalación del Consejo Presidencial de Transición de Haití se llevará a cabo en la Villa d’Accueil, en las afueras de Puerto Príncipe, en lugar del Palacio Nacional, debido a la inseguridad en la zona. Los violentos enfrentamientos entre la Policía Nacional de Haití y bandas armadas han dificultado la elección del lugar para la instalación oficial del órgano de transición. La seguridad será un factor determinante para la celebración del evento, que es crucial para superar la crisis institucional que vive el país.

El Consejo de Transición, formado el 12 de abril, tiene como objetivo organizar elecciones y formar un nuevo Gobierno en Haití. La instalación de esta entidad es el primer paso para crear nuevas instituciones que contribuyan a superar la crisis en el país. Sin embargo, las bandas armadas continúan ejerciendo altos niveles de violencia, a la espera de la llegada de una misión multinacional autorizada por la ONU que aún no ha recibido financiación internacional.

Las bandas armadas, pertenecientes a la coalición "Vivir Juntos", han atacado infraestructuras públicas y aterrorizado a civiles en diversas zonas de Haití. Incluso han tomado control del aeropuerto de Puerto Príncipe, cerrándolo al tráfico y afectando la movilidad en la región. La situación de violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con el primer trimestre de 2024 siendo el más sangriento desde 2022, cuando comenzó la ola de delincuencia en el país.

La falta de financiación internacional ha retrasado la llegada de la misión multinacional autorizada por la ONU, lo que ha permitido que las bandas armadas continúen perpetrando actos violentos en la región. La inseguridad y la falta de control sobre la situación representan un desafío para las autoridades locales, que buscan establecer un nuevo gobierno y restablecer la paz en el país. La instalación del Consejo Presidencial de Transición es un paso importante en este proceso, pero la violencia persistente sigue siendo un obstáculo para la estabilidad en Haití.

La violencia ejercida por las bandas armadas ha afectado a diversos sectores de la población y ha generado temor y caos en la región. La inseguridad en las calles ha dificultado la vida diaria de los ciudadanos y ha provocado daños en infraestructuras públicas. La llegada de una misión multinacional autorizada por la ONU podría ayudar a restablecer el orden y la seguridad en el país, pero la falta de financiación ha retrasado este proceso, permitiendo que las bandas armadas continúen sembrando el caos en Haití.

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