El primer ministro de Haití, Garry Conille, declaró el estado de emergencia en los 14 municipios del país donde las poderosas bandas armadas tienen influencia, con el objetivo de enfrentar a estos grupos y restablecer la seguridad nacional. Conille pidió a la población afectada que permanezca alerta y tranquila, ya que el proceso que se iniciará no será fácil. Instó a los bandidos a deponer las armas y a reconocer la autoridad del Estado, solicitando la colaboración de la población en la lucha contra la inseguridad.
El primer ministro llamó al despliegue de la Policía Nacional de Haití, con el apoyo de las fuerzas de Kenia, para llevar a cabo operaciones en áreas específicas con el objetivo de recuperar el control de las zonas dominadas por las pandillas. Asimismo, anunció que el Gobierno trabajará en la independencia de la Justicia, la lucha contra la corrupción y la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos. Conille destacó que estas medidas buscan combatir la inseguridad y restablecer la paz en el país de manera definitiva.
Conille mencionó que las bandas armadas han creado un ambiente de anarquía y terror en Haití, afectando la vida cotidiana de la población. La situación es insostenible, con el cierre de negocios, la interrupción de las cadenas de suministro y la pérdida de vidas humanas en las calles de la capital. Además, la economía del país se ha visto perjudicada, desanimando a los inversionistas y generando más pobreza y desempleo entre los haitianos.
El jefe de Gabinete denunció la violencia extrema perpetrada por estas bandas criminales, especialmente contra mujeres y niñas, que son secuestradas, violadas y obligadas a realizar acciones bajo amenaza. La impunidad y el miedo imperan en Haití, dificultando la respuesta efectiva de las autoridades. La presencia de los agentes de policía kenianos en el país ha implicado enfrentamientos con los grupos armados, marcando un punto de inflexión en la lucha contra la inseguridad y la violencia en la nación.
La grave situación de inseguridad ha afectado no solo a la población haitiana, sino también a la economía del país, con rutas comerciales bloqueadas, cadenas de suministro interrumpidas y desaliento para los inversores. La corrupción y el clima de impunidad han contribuido a empeorar la crisis, donde la Justicia parece un sueño inalcanzable. Conille destacó la importancia de las medidas concretas implementadas para enfrentar esta realidad y enfatizó que se buscará una solución definitiva al caos y la violencia que azotan a Haití.
En resumen, el primer ministro de Haití ha declarado el estado de emergencia en los municipios afectados por las bandas armadas para restablecer la seguridad nacional, con el despliegue de la Policía y medidas para combatir la corrupción y garantizar la justicia para todos los ciudadanos. La lucha contra la inseguridad en Haití es un desafío importante que requiere la colaboración de la población y el apoyo de fuerzas exteriores, como los agentes de policía kenianos. La situación insostenible de violencia y caos requiere una acción decisiva para recuperar la paz y la estabilidad en el país caribeño.