Gloria Abraham, consultora en Comercio Internacional del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), enfatiza la importancia de que las autoridades dominicanas y los productores de arroz implementen medidas para aumentar la productividad del cereal antes de la entrada en vigor de las importaciones de arroz con arancel cero, según el Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta) en enero de 2025. Abraham, quien fue ministra de Agricultura en Costa Rica y forma parte del IICA, fue invitada por el Ministerio de Agricultura y el Banco Agrícola para discutir los desafíos y oportunidades del sector agrícola dominicano frente a la apertura comercial del DR-Cafta.

La experta considera que hay condiciones para que el arroz dominicano mejore su competitividad frente a las importaciones de arroz estadounidense, que no es preferido por los consumidores de la región. Abraham señala que la desgravación total en el DR-Cafta ofrece oportunidades para mejorar la balanza comercial entre los países centroamericanos y Estados Unidos, que tradicionalmente ha sido deficitaria. El tratado de libre comercio establece normativas comunes para los países miembros, lo que incluye la eliminación de aranceles en la mayoría de los productos comerciados.

En cuanto a los productos dominicanos que mantienen aranceles con Estados Unidos dentro del acuerdo, Abraham menciona que la mayor parte del comercio de la República Dominicana ya está liberado de aranceles con Estados Unidos, con excepción de productos como la leche, el arroz y las piezas de pollo, que también se espera que sean desgravados en el futuro. La consultora enfatiza que el proceso de desgravación no implica una apertura inmediata del comercio, sino que se realizará de forma gradual, permitiendo que el sector productivo se ajuste y mejore su competitividad.

En relación a la preocupación del sector arrocero dominicano sobre la posible desaparición de la producción nacional con el arancel cero, Abraham destaca que la mayor parte del arroz importado en la región no proviene de Estados Unidos, sino de países como Brasil, Uruguay y Paraguay, que producen arroz de mejor calidad a precios competitivos. Ante esto, la consultora enfatiza la importancia de que el sector arrocero y las autoridades nacionales adopten políticas dirigidas a incrementar los rendimientos por hectárea, mejorando así la competitividad del arroz dominicano.

En cuanto a la necesidad de políticas para aumentar los rendimientos del arroz, Abraham reconoce que muchas veces las autoridades y el sector privado pueden haber perdido tiempo en la implementación de medidas efectivas. Sin embargo, destaca la importancia de trabajar de manera conjunta para presentar propuestas claras a las autoridades y tomar decisiones importantes para el sector agrícola. En el caso del DR-Cafta, se negociaron 2,500 partidas arancelarias, de las cuales solo unas pocas incurren en dificultades para la producción doméstica, lo que indica que todavía hay espacio para que la producción nacional crezca de forma competitiva.

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