El viernes se llevó a cabo el sepelio del médico pediatra Enrique Antonio Espinal Castillo, quien fue encontrado muerto en el municipio Palenque, provincia San Cristóbal, después de haber sido reportado como desaparecido el 30 de julio en Santiago. Sus familiares y amigos se despidieron de él en una misa conmemorativa en el cementerio Fuente de Luz en Santiago. Espinal desapareció después de salir de su residencia en Santiago de los Caballeros para llevar a un amigo a la comunidad Los Guandules del distrito municipal Hato del Yaque.
Hasta el momento, la principal persona investigada por la muerte de Espinal es el cabo de la Armada de República Dominicana Víctor Manuel Saldaña Hernández, conocido como "Julio", quien está adscrito al Sistema de Emergencia 911. Actualmente, Saldaña enfrenta cargos por portar un arma civil de forma ilegal y se espera que este viernes se dicte la medida de coerción solicitada por el Ministerio Público en el Palacio de Justicia de Santiago.
El fallecimiento de Espinal ha causado conmoción en la comunidad médica y en la sociedad en general, ya que era un reconocido pediatra y miembro importante de la comunidad en Santiago. Se espera que la investigación sobre su muerte arroje luz sobre lo sucedido y se haga justicia para él y su familia. La celebración de su sepelio fue emotiva y llena de recuerdos y homenajes a su vida y su trabajo.
El caso de la muerte de Espinal ha generado debate en la sociedad dominicana sobre la seguridad de los profesionales de la salud y la importancia de garantizar su protección en el ejercicio de su labor. La noticia ha sido difundida ampliamente en los medios de comunicación y ha despertado la atención de la opinión pública, que clama por justicia y seguridad para todos los ciudadanos, especialmente para aquellos que dedican su vida al cuidado de los demás.
La figura de Espinal ha sido recordada con cariño y admiración por sus colegas, pacientes y amigos, quienes destacan su dedicación y compromiso con su profesión y las personas a las que atendía. Su legado perdurará en la memoria de quienes lo conocieron y trabajaron con él, y su ausencia deja un vacío en la comunidad médica y en la sociedad en general. Se espera que su muerte no quede impune y que se esclarezcan los hechos para que se haga justicia.
El sepelio de Espinal ha sido un momento de duelo y reflexión para sus seres queridos y para la comunidad en general, que lamenta la pérdida de un profesional tan destacado y querido. Su memoria será honrada y su legado seguirá vivo en la labor de quienes continúan su trabajo en favor de la salud y el bienestar de la sociedad. Se espera que su muerte sea un llamado a la conciencia y a la acción para garantizar la seguridad y protección de todos los ciudadanos, especialmente de aquellos que dedican su vida a cuidar y salvar vidas.