El asesinato de Oliver Dioneiby Méndez Moya, un joven de 19 años que fue atacado a tiros por presuntos atracadores para robarle su pasola, cumple un año sin respuestas por parte de las autoridades. Sus familiares exigen justicia para que el caso no quede impune. Méndez Moya, quien trabajaba y estudiaba para forjarse un futuro mejor, regresaba de sus clases en el Instituto de Formación Técnico Profesional cuando fue baleado. Su familia, devastada por la tragedia, vive entre la tristeza y la impotencia, mientras los responsables aún no han sido capturados.
Ana Moya, madre del joven, expresó su frustración por la falta de avances en la investigación. Se siente desesperada al ver que el caso está estancado y que no hay perspectivas de justicia. Oliver, quien dejó una niña de dos años en la orfandad, era mellizo y tenía grandes aspiraciones. Su madre relató cómo la vida de su familia cambió para siempre desde el fatídico día en que lo mataron por una pasola. Juan Carlos Méndez Padilla, padre del joven, hizo un llamado al presidente Luis Abinader y a la vicepresidenta Raquel Peña para que intervengan y se haga justicia, pidiendo que los responsables paguen por lo que hicieron.
El crimen ocurrió el 26 de septiembre de 2023 en la autopista Joaquín Balaguer, en el tramo de Villa González, Santiago. Oliver viajaba junto a un compañero, quien logró escapar ileso. Ambos se dirigían al sector Llanos del Ingenio, donde vivía la víctima. A un año del suceso, los familiares del joven siguen esperando que las autoridades actúen y que el caso no quede en el olvido. La falta de avances en la investigación y la impunidad que rodea el caso son motivos de profunda desesperación para la familia de Méndez Moya, que clama por justicia y por que los responsables sean llevados ante la ley por su horrendo crimen.
Es importante destacar que Oliver Dioneiby Méndez Moya no solo perdió la vida en manos de los atracadores, sino que dejó a una niña pequeña sin padre y a su familia destrozada. La madre del joven lamenta la falta de acción de las autoridades y la sensación de que el caso ha sido archivado sin respuestas. Las lágrimas y el dolor de Ana Moya son un reflejo de la impotencia y la frustración que siente al no ver avances en la búsqueda de justicia para su hijo. El llamado de Juan Carlos Méndez Padilla a las autoridades es un grito desesperado por la verdad y por la aplicación de la ley en un caso que no debe quedar impune.
La historia de Oliver Dioneiby Méndez Moya es una más en la lista de casos de violencia y asesinatos impunes que afectan a muchas familias en la República Dominicana. La falta de respuesta por parte de las autoridades y la sensación de impunidad generan un clima de desconfianza y desesperación en la sociedad. La petición de justicia de la familia de Oliver es un clamor por un país en el que la ley y la justicia se cumplan, y en el que los responsables de crímenes atroces como el de su hijo sean llevados ante la justicia. La lucha por la verdad y la justicia en este caso es un símbolo de la lucha contra la impunidad en el país.