Julio King Domínguez, conocido popularmente como Kimorri, falleció a los 62 años de edad el lunes 8 de abril en Villa Juana, donde era profesor, entrenador y directivo del club Mauricio Báez. Era hermano de José "Boyón" Domínguez, presidente del club y parte de la Fundación Mauricio Báez, y deja dos hijos, Alkaaris y Karina, procedentes de España para el velatorio y sepelio.

Además de Boyón, Kimorri también tenía como hermanos a Julia y Milagros King Domínguez, Rosa y Regina Domínguez. La noticia de su fallecimiento fue dada a conocer por los directivos del club, Leo Corporán y César Heredia Guerra, quienes informarán más adelante sobre el lugar y hora del velatorio. Kimorri será sepultado en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.

Kimorri era muy querido en Villa Juana, donde inició su carrera en el club Mauricio Báez como deportista para luego convertirse en dirigente y profesor. Junto a su hermano Boyón, lograron la hazaña de ser la primera pareja de hermanos en ganar como dirigentes en los torneos de baloncesto superior masculino y femenino del Distrito Nacional, en el año 2006.

La noticia del fallecimiento de Kimorri causó gran pesar en la comunidad deportiva y en el sector de Villa Juana, donde dejó un legado como ejemplo de dedicación y pasión por el baloncesto y el deporte en general. Su trayectoria como profesor y dirigente en el club Mauricio Báez lo convirtió en una figura respetada y admirada en la comunidad.

Sus hermanos, amigos, colegas y alumnos lamentan su partida y recuerdan con cariño su labor en el club y su impacto positivo en la vida de quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo y trabajar con él. La familia del baloncesto dominicano pierde a un gran referente y mentor que dejó una huella imborrable en la historia del deporte en la República Dominicana.

El legado de Kimorri como deportista, entrenador y directivo del club Mauricio Báez perdurará en la memoria de quienes lo conocieron y compartieron su pasión por el baloncesto. Su partida deja un vacío en la comunidad deportiva, pero su ejemplo de entrega y dedicación continúa inspirando a las nuevas generaciones de deportistas y dirigentes en su honor. Descanse en paz, Kimorri, y que su legado perdure en el tiempo.

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