El exprocurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, ha atribuido la acusación de corrupción en su contra a un "plan político y de venganza". Afirmó que durante su gestión en la Procuraduría se "extorsionó" a sus colaboradores, incluso a sus amigos más cercanos, quienes admitieron los hechos de los que son acusados en el expediente Operación Medusa, pero aseguró que no los conoce. Rodríguez declaró que nunca ha sido sometido judicialmente ni multado y que se ha visto sometido a una cruel persecución en la que se han violado sus derechos y amenazado a su familia.

Rodríguez describió la persecución en su contra como "cruel" y mencionó el retiro de la visa a sus hijos y esposa debido a insistencia del Ministerio Público. Durante su turno para hacer su defensa, también mencionó las precariedades que ha enfrentado en prisión, incluyendo estar en una celda solitaria por 600 días y sufrir de dolores por cálculos renales. A pesar de estas circunstancias, Rodríguez afirmó que ha sido íntegro, honesto y solidario en toda su vida.

En relación a las acusaciones de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, el exprocurador negó haber exagerado u ocultado su patrimonio. Aseguró que su riqueza proviene de su trabajo y de decisiones de inversión en propiedades inmobiliarias con fondos lícitos, adquiridas antes de su periodo como funcionario. Sus abogados han presentado solicitudes para la exclusión de pruebas obtenidas irregularmente y han criticado la retención de propiedades adquiridas hace más de 22 años.

Durante su comparecencia ante el Tercer Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, Rodríguez instó al juez a detener lo que considera una persecución injusta que ha infringido sus derechos fundamentales y ha afectado a su familia. Afirmó que si esta situación no se detiene, se crearía un precedente negativo en la historia judicial del país. Rodríguez también mencionó las pérdidas personales que ha sufrido mientras estaba en prisión, incluyendo la muerte de su abuela, hermano y padres, tanto biológicos como de crianza.

El exprocurador general denunció que ha sido víctima de extorsión y que sus amigos de más de 40 años cedieron a la presión y lo traicionaron. A pesar de las acusaciones en su contra, Rodríguez afirmó que no hay pruebas que lo incriminen y que la mayoría de las personas que han admitido los hechos de la Operación Medusa no tienen relación con él. Durante su defensa, también mencionó las dificultades que ha enfrentado en prisión, incluyendo problemas de salud y la falta de condiciones adecuadas de detención.

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