La situación de los derechos humanos en Haití ha continuado deteriorándose, según informó el experto independiente designado por la ONU, William O’Neill. La inseguridad en el país persiste, con la entrada de armas y municiones de contrabando permitiendo a las bandas llevar a cabo ataques a gran escala. Esto ha generado consecuencias humanitarias y en materia de derechos humanos desgarradoras, con escasez de alimentos, inflación y un aumento en la vulnerabilidad de la población, especialmente de niños y mujeres. La Policía Nacional haitiana carece de la capacidad para enfrentar a las bandas, y la violencia sexual utilizada como control ha aumentado significativamente.
Las bandas en Haití están involucradas en la trata de menores, reclutamiento forzoso y constantes ataques contra instituciones públicas y operaciones policiales. Los jóvenes están perdiendo la esperanza de un futuro mejor, y las organizaciones de la sociedad civil a menudo sustituyen al Estado en la atención de las necesidades de la población. En cárceles superpobladas como la de Les Cayes y Jérémie, los reclusos viven en condiciones inhumanas, durmiendo en suelos inundados sin acceso a comida adecuada. Además, la corrupción en todos los niveles de la cadena jerárquica, especialmente en el sistema judicial, agrava la situación.
Solo el 28% de los servicios médicos en Haití funcionan con normalidad, y casi la mitad de la población sufre de inseguridad alimentaria aguda. Más de 700,000 personas han sido desplazadas en el país, la mitad de las cuales son niños. La situación fuera de Puerto Príncipe es aún más grave, con cárceles sobrepobladas y deplorables condiciones de vida para los reclusos. A pesar de contar con los medios para mejorar la situación, la corrupción y la impunidad existentes impiden hacer un uso efectivo de ellos.
El experto independiente hace un llamado a impulsar esfuerzos inmediatos para remediar la situación, señalando la necesidad de crear centros judiciales especializados para combatir la corrupción y crímenes masivos en Haití. Existen soluciones disponibles, pero es fundamental redoblar los esfuerzos para abordar los desafíos actuales en el país. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades ha permitido que la situación de los derechos humanos en Haití siga deteriorándose, afectando gravemente a la población y generando consecuencias devastadoras en todos los ámbitos de la vida.