Estados Unidos solicitó sanciones internacionales contra haitianos responsables del caos en el país, mientras que la ONU advierte sobre un panorama sombrío a pesar de la llegada de la policía keniana. En una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield instó a promover la rendición de cuentas por las atrocidades cometidas en el pasado y considerar la imposición de sanciones a quienes amenazan la paz y seguridad en Haití. Estados Unidos ha sido una fuente importante de entrada de armas ilícitas en el país, y la administración de Joe Biden está abordando el problema mediante un sistema de seguimiento del tráfico de armas y control de antecedentes. China culpó a Estados Unidos del flujo de armas e instó a reforzar el control de armas para aplicar efectivamente el embargo en Haití.

María Isabel Salvador, representante especial del secretario general de la ONU para Haití, advirtió al Consejo de Seguridad sobre la violencia indiscriminada de las bandas que se ha extendido más allá de la capital, Puerto Príncipe. Unas 578,000 personas están desplazadas internamente, un aumento del 60% desde marzo, y solo el 20% de los centros de salud funcionan. A pesar de los altos niveles de violaciones y abusos de derechos humanos, la designación de un nuevo director general de la policía nacional y la formación de un gobierno de transición liderado por el primer ministro Garry Conille han traído nuevas esperanzas. Conille mencionó que un segundo contingente de la fuerza dirigida por Kenia llegaría a Haití en las próximas semanas.

La embajadora estadounidense instó a otros estados miembros a unirse en la implementación de medidas para reforzar los mecanismos de aplicación de la ley en Haití. China respaldó los esfuerzos de la ONU pero expresó incomodidad por el reconocimiento de Taiwán por parte de Haití. China pidió la aplicación efectiva del embargo de armas del Consejo a Haití y exhortó a Estados Unidos a reforzar su control de armas y municiones. La situación en Haití sigue siendo grave, con un aumento en el desplazamiento interno y un funcionamiento limitado de los centros de salud.

A pesar de las esperanzas generadas por la nueva misión dirigida por Kenia y la formación de un gobierno de transición en Haití, las violaciones y abusos de derechos humanos persisten a niveles alarmantes. La llegada de un nuevo director general de la policía nacional ha traído nuevas esperanzas, aunque la crisis en Haití continúa. Es necesario seguir reforzando los mecanismos de aplicación de la ley y promover la rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos en el país. La comunidad internacional, incluidos Estados Unidos y China, debe seguir trabajando juntos para abordar la crisis en Haití y promover la estabilidad y la seguridad en la nación más pobre del hemisferio occidental.

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