España se enfrenta a su segundo mayor brote de Virus del Nilo Occidental, con un total de 47 casos y cinco fallecidos. Esta enfermedad es transmitida por mosquitos del género 'Culex' infectados, que se alimentan de sangre de aves. La provincia andaluza de Sevilla es la más afectada, seguida de Extremadura. En 2020 hubo un pico de casos, probablemente debido al aumento de la sensibilidad diagnóstica y factores ambientales como las altas temperaturas.

Los primeros casos de Virus del Nilo Occidental en humanos en España se reportaron en 2010 en Cádiz, y posteriormente se han dado casos en otras zonas del país. Mientras los afectados extremen precauciones instalando mosquiteras en sus hogares y evitando salir a ciertas horas, algunos municipios piden mayor colaboración con el Gobierno central para controlar la propagación del virus. El Ayuntamiento de Coria del Río demanda la creación de una mesa de trabajo permanente para abordar esta situación, que consideran un tema de salud pública que afecta a la ciudadanía.

La mayoría de los casos de Virus del Nilo Occidental son asintomáticos, con síntomas como fiebre y mialgias en ocasiones. En menos del 1% de los infectados, la enfermedad puede complicarse con manifestaciones neurológicas graves que pueden llevar al fallecimiento. El riesgo aumenta con la edad, en hombres y en personas con ciertas enfermedades crónicas. No hay vacunas para humanos ni tratamiento específico, por lo que la prevención se centra en controlar los mosquitos y protegerse de las picaduras.

La transmisión de persona a persona es poco frecuente, pero puede ocurrir por transfusión sanguínea, trasplante de órganos o exposición accidental. En Andalucía y Extremadura, se han implementado medidas para reducir la presencia de mosquitos en las zonas afectadas. En Coria del Río, se han instalado trampas para capturar mosquitos y analizar si están infectados con el virus. En general, se recomienda mantener medidas de control del vector y protección personal para prevenir la propagación del Virus del Nilo Occidental.

En cuanto a la atención de los casos con manifestaciones neurológicas, se destaca la importancia de identificar y manejar adecuadamente estos pacientes. A pesar de que la enfermedad no tiene cura específica, es posible controlar los síntomas y prevenir complicaciones graves. La colaboración entre las autoridades regionales y locales es fundamental para abordar este problema de salud pública y proteger a la población de este virus transmitido por mosquitos.

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