En la República Dominicana, la presencia de bancas de loterías es desproporcionadamente alta en comparación con la cantidad de centros educativos en el país. Se estima que hay alrededor de nueve bancas de loterías por cada centro escolar, lo que indica una proliferación sin control de este tipo de juegos de azar. A pesar de esto, las bancas de loterías generan grandes ingresos económicos para sus propietarios.
A nivel nacional, existen un total de 10,567 centros educativos, de los cuales 7,839 son escuelas públicas y 2,728 son colegios privados. Esta cifra es significativamente inferior a la cantidad de bancas de loterías, estimada en unas 95 mil según la Federación Nacional de Bancas de Loterías (Fenabanca). Estos datos revelan un desbalance en la distribución de estos establecimientos en el país.
Según José Castillo, asesor legal de Fenabanca, en la República Dominicana se apuesta diariamente alrededor de RD$350 millones en las bancas de loterías, lo que equivale a unos 10,500 millones al mes. Ante esta situación, Castillo hace un llamado al Gobierno para que implemente un mayor control y fiscalización de estos negocios, aplicando normas de manera transparente para evitar su proliferación y el impacto negativo en la población.
En relación con los impuestos que pagan las bancas de loterías, se sugiere que estos fondos sean destinados a la seguridad ciudadana, la salud y la educación en el país. También se destaca la importancia de regular los horarios de funcionamiento de estas loterías, que suelen realizarse a diferentes horas a lo largo del día, generando un constante movimiento de apostadores.
De las 95 mil bancas de loterías presentes en la República Dominicana, aproximadamente 30,974 están legalmente establecidas y cumplen con el pago de gravámenes a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). Sin embargo, unas 65 mil bancas operan de manera ilegal y no cumplen con sus obligaciones tributarias, lo que representa una pérdida significativa de ingresos para el Estado.
La proliferación de bancas de loterías cercanas a centros educativos ha generado preocupación en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). El presidente de la ADP, Eduardo Hidalgo, expresa su inquietud por la influencia negativa que estas prácticas pueden tener en la población juvenil, iniciando a los estudiantes en el juego de azar de manera temprana. Hidalgo aboga por una mayor regulación y control de estos negocios para proteger a la población, especialmente a los jóvenes, de los riesgos asociados con el juego de azar.
