En tercer lugar, la falta de estatutos claros y precisos, así como ausencia de protocolos de actuación y acuerdo a la hora de tomar decisiones cruciales. Finalmente, destaca la carencia de una visión estratégica y de profesionalización en la gestión de la empresa familiar, lo que dificulta su adaptación a los cambios del entorno empresarial y su continuidad en el tiempo.

Para García Muñoz, es fundamental que las empresas familiares dominicanas busquen innovar y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado, así como profesionalizar su gestión y adoptar una visión estratégica a largo plazo. Recomienda la creación de un marco jurídico específico que brinde seguridad y estabilidad a estos negocios, permitiéndoles crecer de forma sostenible y perdurable en el tiempo.

Además, destaca la importancia de contar con asesoría legal especializada en derecho societario y en la gestión de empresas familiares, para poder enfrentar de manera efectiva los desafíos internos y externos a los que se enfrentan. Asimismo, resalta la necesidad de establecer protocolos claros de actuación y acuerdos entre los miembros de la familia que participan en la empresa, garantizando una gestión eficiente y evitando conflictos que puedan poner en riesgo la continuidad del negocio.

En resumen, las empresas familiares en República Dominicana representan una parte significativa de la economía del país, pero enfrentan una serie de desafíos debido a la falta de un marco jurídico específico que regule su funcionamiento. José Orlando García Muñoz aboga por la profesionalización y la adaptación de estas empresas al entorno empresarial actual, así como por la creación de normativas que brinden seguridad y estabilidad a estos negocios. Con una gestión adecuada y el apoyo de asesores especializados, las empresas familiares pueden seguir siendo un pilar fundamental de la economía dominicana y un legado perdurable para las futuras generaciones.

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